En Chile, casi 2 millones de personas se emplean a través de un microemprendimiento, una cifra relevante pero matizada por un dato clave: más de la mitad aún opera al margen de la formalidad.
Según la VIII Encuesta de Microemprendimiento (EME), elaborada por el Instituto Nacional de Estadística (INE) y el Ministerio de Economía, 1.998.178 personas son microemprendedoras -trabajadores por cuenta propia o empleadores con hasta diez trabajadores- y el 54,2% desarrolla su actividad de manera informal.
Aunque la cifra supone una baja frente al 58,3% registrado en 2022, sigue mostrando que la mayoría de los pequeños negocios opera sin estar inscrito en el SII ni llevar una contabilidad que separe gastos del hogar y del negocio.
La informalidad es más frecuente entre mujeres (59%) que hombres (51%), y se dispara en sectores primarios como agricultura, pesca, ganadería, electricidad, gas, agua y pequeña minería, donde llega en conjunto a 74,3%.
También es alta en construcción (67,9%) y manufactura (63,6%), entre quienes trabajan por cuenta propia (60%) y, especialmente, entre quienes sólo alcanzaron educación básica: un 75,4% de ese grupo es informal.
Las razones para no formalizarse apuntan, sobre todo, a la percepción de que no vale la pena: un 52,5% declara que “el negocio es demasiado pequeño y/o la actividad es poco frecuente” y un 20,2% sostiene que “el registro no es esencial para el funcionamiento del negocio”. Aun así, la situación sí ha ido mejorando y la informalidad muestra retrocesos: en mujeres cae 4,2 puntos porcentuales respecto de 2022 y en hombres, 3,9 puntos.
Quiénes son los que emprenden
Del total de personas microemprendedoras, un 59,3% son hombres y un 40,7% mujeres. El grupo etario más representado es el de 35 a 54 años (45,9%), seguido por el tramo de 55 a 64 años (21,2%.).
En tanto, la gran mayoría (86,8%) trabaja por cuenta propia, mientras que el 13,3% son empleadores, es decir, independientes que contratan al menos a un asalariado de forma permanente. Dentro de estos empleadores, un 40,6% tiene solo un trabajador o trabajadora y un 37% cuenta con tres o más personas en su negocio.
Territorialmente, las regiones con mayor proporción de microemprendedores que trabajan por cuenta propia son Antofagasta (90,7%) y Maule (88,4%).
Ingresos: promedio alto, realidad más austera
En promedio, las personas microemprendedoras obtienen $828.612 mensuales con sus negocios. Sin embargo, la fotografía cambia cuando se mira la distribución de este ingreso, dado que el 76,9% gana montos menores o iguales a ese promedio y el ingreso mediano se sitúa en $400.000, lo que refleja que una parte importante se mueve en tramos de ingresos bajos o ajustados.
En términos de protección social, el panorama también es acotado: sólo el 43,6% cotiza en salud y apenas el 28,4% lo hace en AFP.
Cómo nacen y se financian estos negocios
El empuje emprendedor está marcado más por la necesidad que por la oportunidad. Según el sondeo, el 49,4% inició su negocio por este motivo, mientras que un 34,8% lo hizo porque vio, o más bien, aprovechó una “chance”.
Por su parte, la mayoría de la gente se sustenta con recursos propios: un 60,4% comenzó usando sus ahorros.
Situación que no corre para todo el mundo y un 12,2% declaró haber recurrido a algún tipo de préstamo o crédito como fuente principal de financiamiento, una decisión que varía persona a persona. En este sentido, entre quienes sí pidieron recursos externos, un 49,7% acudió a amistades o parientes, mientras que un 19,1% optó por un crédito bancario de consumo.
Además, solo un 25,9% ha realizado alguna capacitación formal para la actividad económica que desarrolla. De ese grupo, el 36 % la pagó con recursos propios y un 17,7% la financió a través de programas de Gobierno.
Dónde y cómo trabajan
Los microemprendimientos operan, principalmente, en espacios muy vinculados al hogar o al cliente: el 34 % trabaja dentro de su vivienda, el 21,8% en la casa o negocio del cliente y el 16,3% en instalaciones u oficinas fuera de su vivienda.
La carga de trabajo total también es intensa. El 92 % de las personas microemprendedoras participa en actividades de trabajo doméstico o de cuidados no remunerados. Las mujeres registran una mayor carga global: dedican más de 11 horas y ocho minutos diarios al trabajo total (ocupación más trabajo no remunerado), frente a 10 horas y 43 minutos en el caso de los hombres.