El mercado laboral volvió a entregar indicadores preocupantes.
Hoy, el Instituto Nacional de Estadísticas de Chile (INE) informó que en el trimestre septiembre–noviembre de 2025 la tasa de desocupación se ubicó en 8,4%. Un dato con el cual el indicador registra el primer aumento luego de tres retrocesos consecutivos.
"La cifra registró un ascenso de 0,2 pp. (puntos porcentuales) en 12 meses, producto del alza de la fuerza de trabajo (1,5%), mayor a la presentada por las personas ocupadas (1,2%). Por su parte, las personas desocupadas aumentaron 4%, incididas por quienes se encontraban cesantes (2,8%) y aquellas que buscan trabajo por primera vez (16,2%)", indicó el INE en un comunicado. ¿Qué significa esto? Que la cantidad de personas buscando empleo fue mayor a los puestos de trabajo creados.
Al mirar el comportamiento de los ocupados, se observa que la creación de empleo se desaceleró. Y es que si bien en 12 meses los empleados crecieron en 115.624, totalizando 9.401.582 personas, en el trimestre el comportamiento fue distinto.
De hecho, entre septiembre y noviembre, las personas ocupadas registraron una caída trimestral de 0,2%, lo que corresponde a 14.912 personas ocupadas menos. Por sexo, tanto las mujeres como los hombres presentaron disminuciones en la ocupación con respecto al trimestre móvil anterior de 0,3% y 0,02%, lo que equivale a 13.778 mujeres y 1.134 hombres menos, respectivamente.
“Lo que estamos observando es una mayor presión en el mercado laboral, y esto se ve reflejado en aumentos consecutivos de la fuerza de trabajo, que representa al total de personas que están disponibles para trabajar o al mismo tiempo ya están trabajando. Entonces, si esta fuerza de trabajo crece a una velocidad mayor de lo que lo hace el dinamismo de la ocupación, provoca presión en el mercado laboral que se refleja en un aumento en la tasa de desocupación. Y eso es lo que estamos observando actualmente”, explicó David Niculcar, jefe del Departamento de Estadísticas del Trabajo del INE.
Los datos aún en recuperación
En el trimestre, además, se observó el tercer crecimiento interanual consecutivo en la tasa de participación, la cual registró un alza de 0,3 pp. en doce meses, ubicándose en 61,9%. Por su parte, la tasa de ocupación presentó su cuarto incremento consecutivo, con una variación de 0,2 pp, llegando a una tasa de 56,7%.
Y si bien ambas variaciones son positivas, son datos aún rezagados con relación al período prepandemia.
De hecho, la tasa de participación si bien es significativamente más alta respecto al período 2020 a 2022, sigue siendo más baja respecto a 2019 en 0,9 pp.
Una situación similar se observa con la tasa de ocupación, la cual en relación con 2019 sigue siendo estadísticamente menor en 1,7 puntos porcentuales. Esto equivale a 281 mil personas ocupadas menos aproximadamente. Para los hombres la diferencia corresponde a 271 mil personas menos, y para las mujeres 10 mil ocupadas menos, respectivamente.
En las mujeres, la tasa de desocupación se situó en 8,8%, decreciendo 0,3 pp. interanualmente, producto del aumento de 2% de la fuerza de trabajo, menor al de 2,3% registrado por las mujeres ocupadas; mientras las desocupadas se contrajeron 1,1%, incididas únicamente por las cesantes (-2,2%). Las tasas de participación y ocupación se situaron en 53% y 48,3%, incrementándose 0,6 pp. y 0,7 pp., en cada caso. Las mujeres fuera de la fuerza de trabajo descendieron 0,3%, influidas por las inactivas habituales y las iniciadoras.
En los hombres, la tasa de desocupación fue de 8,1%, creciendo 0,6 pp. en un año. Esto a raíz del alza de 1,1% de la fuerza de trabajo, mayor a la de 0,4% registrada por los hombres ocupados.
Al mismo tiempo, los desocupados aumentaron 8,8%, incididos por los cesantes (7,3%) y aquellos que buscan trabajo por primera vez (27,4%). Por su parte, la tasa de participación se situó en 71,3%, expandiéndose 0,2 pp., mientras que la tasa de ocupación alcanzó 65,5%, contrayéndose 0,3 pp. en el período. Los hombres fuera de la fuerza de trabajo, en tanto, aumentaron 0,5%, influidos únicamente por los inactivos habituales.