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Columnistas

Perspectivas del litio: precios bajos, fundamentos sólidos

PATRICIO FAÚNDEZ Country Manager GEM Mining Consulting Singapur

Por: Equipo DF

Publicado: Miércoles 9 de julio de 2025 a las 04:00 hrs.

Recientemente, distintos medios difundieron los resultados y conclusiones de un informe publicado en junio por Cochilco, el cual da cuenta de una situación de sobreoferta en el mercado del litio y de los bajos precios actuales, aunque también anticipa un repunte en el largo plazo. Para comprender este escenario, es necesario mirar más allá de la coyuntura y volver a los fundamentos del mercado.

A diferencia de metales como el cobre -empleado desde la Edad de los Metales, hace más de 7.000 años-, el litio es un material de uso mucho más reciente cuyo aprovechamiento industrial comenzó en el siglo XIX y se mantuvo durante mucho tiempo limitado a aplicaciones muy específicas, como la industria farmacéutica o la aeronáutica. No fue sino hasta las últimas décadas, y particularmente en los últimos años, que el litio adquirió una relevancia estratégica global.

“En el corto plazo, es esperable que un número significativo de oferentes marginales salgan de la oferta. Este ajuste natural debiera aliviar el exceso actual y permitir una recuperación gradual del precio”.

La irrupción de la transición energética -con la electromovilidad como su estandarte- transformó de forma estructural el mercado. Como reflejo de este cambio, el precio del litio, históricamente cercano a los US$ 10.000/t de Carbonato de Litio Equivalente (LCE), llegó a superar los US$ 70.000 /t en 2022.

Este boom, impulsado por un alza súbita y sostenida de la demanda, atrajo a numerosos oferentes al mercado. Empresas mineras tradicionales, firmas emergentes e incluso compañías petroleras como Exxon comenzaron a evaluar su incursión en la cadena del litio, interesadas en aprovechar recursos no convencionales como el litio contenido en salmueras de petróleo.

La expectativa de retornos extraordinarios desató una carrera por explorar y desarrollar proyectos, especialmente en África y Australia, donde se descubrieron y avanzaron numerosos depósitos de litio en roca (el caso más notable es Manono, en la República Democrática del Congo, cuyas reservas equivalen a un tercio de las del Salar de Atacama). Este auge llevó a que Australia desplazara a Chile como el mayor productor mundial, al tiempo que se expandía agresivamente la capacidad instalada a nivel global. Este fenómeno de sobreinversión -ampliamente documentado por organismos como Cochilco- explica en gran medida el aumento abrupto en la oferta y la posterior caída de precios que hoy observamos.

Hoy el litio cotiza en cerca de US$ 8.700/t de LCE. No obstante, tal como recoge Cochilco, este escenario no es sostenible ya que la industria no genera renta con estos precios. En el corto plazo, es esperable que un número significativo de oferentes marginales -que ingresaron al mercado cuando el precio esperado superaba con creces cualquier precio de incentivo- salgan de la oferta. Este ajuste natural debiera aliviar el exceso actual y permitir una recuperación gradual del precio.

En GEM, estimamos que el precio de largo plazo del litio debiera ubicarse en un rango de US$ 12.000 a US$ 16.000/t, lo que asegura condiciones mínimas atractivas de rentabilidad para la industria. Esta perspectiva se sustenta en que los fundamentos estructurales del litio siguen siendo sólidos: la transición energética, especialmente la expansión de la electromovilidad y el almacenamiento renovable continúa siendo un motor robusto, pese a ciertas afectaciones coyunturales como las disputas arancelarias entre potencias.

Aunque no debiéramos ver nuevamente los precios extraordinarios que superaron los US$ 70.000/t en 2022, el mercado del litio tiene espacio para estabilizarse en niveles sostenibles y rentables.

Un rango proyectado entre US$ 12.000 y US$ 16.000/t ofrece condiciones suficientes para viabilizar inversiones, sostener el crecimiento de la oferta y dar certeza a largo plazo a una industria estratégica para la transición energética. Aprovechar esta oportunidad con visión de futuro es clave para que Chile consolide su liderazgo en la producción de litio.

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