Columnistas

Al ritmo de las consignas

Daniel nació en una familia del segundo quintil más pobre de Chile...

  • T+
  • T-

Compartir

Daniel nació en una familia del segundo quintil más pobre de Chile, estudió en un colegio municipal de región y, por ende, parte del peor sistema escolar de los tres que existen en Chile: el municipal. No obstante esos precedentes, Daniel alcanzó un puntaje ponderado de 650 puntos. Quiere estudiar Derecho en la Universidad de Chile. El puntaje no alcanza y Daniel debe pensar en su segunda opción.



Elige la Universidad Diego Portales, que dicho sea de paso fue la tercera preferencia nacional en la carrera de Derecho. Pero hay un problema: considerando los costos que implica la carrera, la única posibilidad de llegar a la universidad es con la Beca Bicentenario. Daniel reúne todos los requisitos para acceder a ella, salvo uno: esa universidad no es parte del Cruch ¿Qué importa? Para Daniel nada. Pero la beca no está disponible para él.

Hay muchas historias de alumnos que como Daniel no tienen suficiente plata para pagar la universidad. Algunas con mejores finales que otras, todas muestran la cara de la moneda que estuvo ausente en las consignas que levantó el movimiento estudiantil: los problemas reales.

Dos ejemplos:
1. Ideas como fin al lucro, educación estatal y gratuidad para todos son consignas románticas, pero que no ofrecen una solución justa a los miles de estudiantes que pudiendo alcanzar la educación superior no tienen suficiente dinero. Más allá del esfuerzo que haga la propaganda “U Estatal = U de verdad” a los que entramos a la educación superior nos preocupan fundamentalmente dos cosas: calidad y un financiamiento accesible. ¿Estatal o privada? Es un dato menos relevante.

2. Una cosa es la historia de Daniel. Pero otra muy distinta es la de sus compañeros. A ellos ni siquiera se les concedió el lujo de la frustración. No tuvieron ni esperanzas de acceder a la educación superior, gentileza del vergonzoso sistema de educación escolar y pre escolar que tenemos. Sin embargo, al movimiento le pareció que ese problema era irrelevante frente a sus demandas.

Espero equivocarme, pero es probable que algunas de las consignas levantadas en 2011 sean el eje del debate educacional en 2012. El “movimiento” puso la música y a ese ritmo está bailando la mayoría de los políticos y autoridades en el tema: bailan al ritmo de las consignas. Mientras tanto las familias y estudiantes de Chile esperan.

Lo más leído