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Axel Christensen

Megafuerzas: los grandes cambios estructurales ya no esperan

AXEL CHRISTENSEN Director de Estrategia de Inversiones para América Latina de BlackRock

Por: Axel Christensen

Publicado: Martes 4 de noviembre de 2025 a las 04:03 hrs.

Axel Christensen

Axel Christensen

¿Puede una tregua comercial entre EEUU y China, sumada al frenesí de los mercados hacia la inteligencia artificial (IA), redefinir el pulso de los mercados en tiempo real? La respuesta, lejos de ser obvia, revela cómo las megafuerzas -esos grandes cambios estructurales que solemos asociar al largo plazo- están acelerando su impacto sobre los resultados y las decisiones de inversión actuales. La reciente distensión comercial entre las dos potencias, junto con los resultados de las mega-tecnológicas, no solo subrayan la vigencia de leyes económicas inmutables, sino que también evidencian los límites de la política en medio de una fragmentación geopolítica persistente.

Las cadenas de suministro, imposibles de reconfigurar de la noche a la mañana, han sido protagonistas en este nuevo escenario. Pese a aranceles y amenazas, el motor exportador chino se ha mantenido sorprendentemente resiliente, en parte por el adelantamiento de importaciones antes de la entrada en vigor de nuevas restricciones. Las exportaciones han sido el principal sostén de una economía china que enfrenta desafíos estructurales: mercado inmobiliario débil, baja confianza del consumidor y fuerza laboral que envejece aceleradamente. Este año, la contribución neta de exportaciones al PIB chino será la mayor desde la pandemia y, excluyendo ese período, la más alta en dos décadas.

“Tras el reciente acuerdo entre China y EEUU, Beijing mantiene su objetivo de autosuficiencia tecnológica. Para América Latina esto implica oportunidades y riesgos. Chile está en el centro de esa disputa tecnológica”.

El acuerdo reciente entre China y EEUU, que incluye suspender controles sobre tierras raras -insumo vital para tecnologías como IA- a cambio de reducir aranceles y flexibilizar el acceso a puertos, consigue cierta estabilidad temporal. Sin embargo, Beijing mantiene su objetivo de autosuficiencia tecnológica, buscando independencia de occidente. Para América Latina, esto implica oportunidades y riesgos: la demanda de materias primas, cobre y litio sigue siendo estratégica, y Chile está en el centro de esa disputa tecnológica.

Por su parte, la megafuerza de IA se consolida como motor clave de las acciones globales. Empresas como Alphabet, Microsoft y Meta invirtieron cerca de 

US$ 60 mil millones en el último trimestre y anticipan mayores desembolsos en chips y centros de datos. El mercado observa con atención cómo estas empresas monetizan sus inversiones y financian su creciente intensidad de capital, ejemplificado por la reciente emisión de bonos de Meta. 

Este fenómeno se ha expandido a otros mercados: las acciones surcoreanas subieron 70% en moneda local, impulsadas por acuerdos con OpenAI; y el índice taiwanés ganó 23%. El cobre, insumo esencial para el cableado de centros de datos, alcanzó máximos históricos, reflejando la presión de las megafuerzas sobre la infraestructura eléctrica. Los mercados privados, especialmente en infraestructura, se vuelven cada vez más relevantes para financiar la revolución de IA, aunque no son aptos para todo tipo de inversionistas por sus restricciones de liquidez.

En síntesis, las megafuerzas ya no son solo tendencias de largo plazo: están redefiniendo el presente y exigen una mirada estratégica y provocativa para anticipar los próximos movimientos del tablero global.

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