Chile, Asia Pacífico y un nuevo impulso para la apertura
ROSARIO NAVARRO PRESIDENTA DE SOFOFA
La reciente misión empresarial a Japón y China, organizada por Sofofa e integrada por más de 35 empresas chilenas de diversos sectores y el Presidente de la SNA, Antonio Walker, representó una apuesta estratégica en tiempos de incertidumbre global. Cuando las tensiones geopolíticas reconfiguran las cadenas de valor y erosionan la confianza en el comercio internacional, reafirmar la estabilidad de nuestros flujos comerciales con nuestros principales socios asiáticos no solo es necesario, sino que es una señal clara de que Chile está decidido a seguir siendo un actor abierto y competitivo en el escenario global.
La visita a Japón coincidió con un renovado interés del país asiático por estrechar sus vínculos con América Latina, y particularmente con Chile, a través de una agenda de colaboración basada en innovación, sostenibilidad y tecnología, pero también en el rol fundamental que proyecta ese país en el bloque CP-TPP, como una gran apuesta de resiliencia en el actual contexto global. En la 34ª Reunión del Consejo Empresarial Chile–Japón se acordó institucionalizar una hoja de ruta público-privada con foco en minería verde, inteligencia artificial, trazabilidad alimentaria y manufactura avanzada, sectores en los que ambos países ven claras complementariedades. Esta agenda no es solo política, sino que expresa un interés concreto del empresariado japonés en desarrollar proyectos conjuntos, invertir en Chile y aprovechar nuestras ventajas comparativas para profundizar la visión de industrias más sofisticadas. En ese marco, también se abordaron las oportunidades que abrirá la participación en la Expo Osaka 2025, donde Chile tendrá presencia y que representa una plataforma para proyectar nuestra oferta en Asia con mirada de futuro.
“La integración con Asia abre oportunidades reales para atraer inversión de calidad y generar empleos más sofisticados. Esto es clave en un momento en que Chile necesita renovar y potenciar su estrategia de crecimiento”.
En China, la misión tuvo lugar justo cuando comenzaban a atenuarse las tensiones entre Washington y Beijing. En ese contexto, la presencia chilena en Beijing fue especialmente oportuna: permitió reafirmar la voluntad de cooperación de largo plazo, abrir un diálogo de trabajo con instituciones como el Banco Asiático de Inversión en Infraestructura (AIIB), y apoyar el relanzamiento del proyecto de Sinovac para establecer una planta de vacunas en Chile. Esta última iniciativa, no solo representa un avance en capacidad sanitaria: también proyecta a Chile como un hub regional en biotecnología y salud pública.
En ambos países, las más de 20 actividades oficiales y conversaciones con más de 100 empresas japonesas y chinas reflejaron una convicción compartida: la integración con Asia no solo diversifica los destinos de nuestras exportaciones; también abre oportunidades reales para atraer inversión de calidad, avanzar en transferencia tecnológica y generar empleos más sofisticados. Esto es clave en un momento en que Chile necesita renovar y potenciar su estrategia de crecimiento.
Esta misión empresarial no fue un hecho aislado. Forma parte de una hoja de ruta más amplia, bajo el marco del Nuevo Impulso Exportador, que busca modernizar la inserción económica de Chile a través de una activa estrategia de diversificación, innovación y colaboración público-privada. El próximo paso será la misión empresarial a España, con más de 80 empresas chilenas, para profundizar los vínculos con Europa tras la modernización del Acuerdo de Asociación con la UE e incluso abordar el creciente interés de algunos miembros de ese bloque por incorporarse al CP-TPP.
Chile tiene mucho que ganar si logra consolidarse como puente confiable entre Asia, América Latina y Europa. Eso requiere visión, constancia y la capacidad de traducir el diálogo político en acciones concretas. Esta misión empresarial fue una muestra de que ese camino no solo es posible: ya está en marcha.