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Chile en el siglo XXI: innovación y desarrollo

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Chile partió, a comienzos del siglo XXI, con un itinerario de tareas formulado con mucha visión durante el gobierno de Ricardo Lagos, el que estableció que era fundamental trabajar temas de innovación y creatividad. Para ello se creó el Consejo Nacional de Innovación y Competitividad que tiene por misión asesorar al presidente en estas materias. En 2005 se creó Innova Chile para promover y facilitar la innovación a través de empresas y universidades chilenas, estimular el desarrollo emprendedor y fortalecer el Sistema Nacional de Innovación.

Los fondos para financiar estos desafíos provinieron del consensuado impuesto “Royalty Minero”, fijado a la Gran Minería que trabaja en el país, que dio sustento a investigar y promover una canasta exportadora que incorpore innovación y tecnología. Sin embargo, esta canasta continúa muy ligada a los productos naturales y materias primas que Chile produce, sin mucho valor agregado o tecnología que genere crecientes rentabilidades para el país.

A partir del mandato de la presidenta Michelle Bachelet se estableció un Consejo de Ministros dedicados a promover la Innovación, Ciencia y Tecnología y sacar mejor provecho a los recursos derivados de la minería. Se asignaron cuantiosos recursos para aprobar una Estrategia Nacional de Innovación para guiar el accionar de los diferentes organismos públicos involucrados, bajo una perspectiva común, conducente a resultados medibles y realizables.

En el gobierno de Sebastián Piñera se avanzó en dos ámbitos: emprendimiento e innovación. En años consecutivos se logró promover la actividad emprendedora y despertar conciencia en la importancia de la innovación en la economía. Se establecieron hitos como bajar los tiempos para iniciar legalmente una empresa y reimpulsar la investigación aplicada intramuros en empresas, fijando incentivos más significativos que permitan descontar de impuestos esos esfuerzos de incorporar nueva tecnología a los sistemas productivos.

Actualmente, ad portas del nuevo mandato de Bachelet, se propone profundizar aún más estos temas de innovación, tecnología y emprendimiento, pilares de desarrollo de los países líderes del mundo. Mientras más conciencia se tome respecto de estos temas en la sociedad civil, crecen las posibilidades de mayor progreso para el país. Este impulso permitirá que además de exportar materias primas podamos incorporarles creciente valor agregado, el cual debe ser protegido intelectualmente, resultando productos de exportación de alta rentabilidad con tecnología y licencias que potencien a Chile.

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