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Columnistas

Contrastes entre la inversión y el mercado del trabajo

ANDRÉS PÉREZ M. Economista jefe Banco Itaú.

Por: Equipo DF

Publicado: Jueves 20 de noviembre de 2025 a las 04:03 hrs.

Acercándonos al final del año y, además, en época electoral, resulta oportuno realizar algunos balances y reflexionar sobre las perspectivas en áreas de la economía que siento serán claves el próximo año: la inversión, por un lado, y el mercado del trabajo, por otro.

En relación con la inversión, tras 2 años consecutivos de contracción de la formación bruta de capital fijo, ya muestra una importante recuperación, creciendo 10% interanual en el tercer trimestre, acelerando con respecto al trimestre previo (SA) por tercera vez consecutiva, principalmente por la dinámica de maquinaria y equipos. Ello seguiría concentrado en el sector minero, respondiendo a elevados precios del cobre y a la resolución de varios frentes de incertidumbre doméstica (royalty y procesos constitucionales, entre otros), y el sector energético.

“La recuperación de la inversión y actividad debería beneficiar al mercado del trabajo en el tiempo, pero puede que el impacto sea menos intenso y más rezagado que ciclos previos”.

La dinámica reciente es coherente, por cierto, con las importaciones de bienes de capital, las cuales han aumentado 26% interanual en el año a octubre. La gradual recuperación de la confianza empresarial, condiciones financieras menos restrictivas y mejores perspectivas de inversión privada, según encuestas, anticipan un buen dinamismo de la inversión en 2026.

El optimismo en la inversión contrasta con el desempeño y perspectivas del mercado laboral. Si bien la tasa de desempleo en términos desestacionalizados ha caído hacia 8,4% en las últimas mediciones, se mantiene en la parte alta del rango natural, con un mayor desempleo en las mujeres. La tasa de desempleo pareciera haber dejado de subir, quizás señalando que lo peor del ajuste ya ocurrió, al tiempo que encuestas revelan una creciente preocupación por este. La baja demanda por trabajo, moderación del crecimiento de los salarios y aún elevada destrucción de empleo (términos de contrato subieron 11,9% en septiembre, según la DT) anticipan que las holguras deberían continuar, reflejando los incrementos del costo laboral de los últimos años y la incertidumbre asociada al impacto de los cambios tecnológicos.

La recuperación de la inversión y actividad debería beneficiar al mercado del trabajo en el tiempo, pero puede que el impacto sea menos intenso y más rezagado que ciclos previos.

Reconociendo la hipótesis anterior, se presentan desafíos relevantes para los policy makers, considerando, además, que el escenario favorable de la inversión no está para nada escrito en piedra. Contribuir a que el desempeño favorable de la inversión minera continúe y se propague a otros sectores requiere de varias condiciones y de varias medidas, incluyendo que la incertidumbre de política económica se mantenga baja, así como de la modernización y facilitación de nuestra institucionalidad de permisos. Menores necesidades de financiamiento del Fisco podrían, en el tiempo, reducir la presión sobre las tasas largas y ampliar los recursos disponibles para el sector privado. Medidas tributarias que eleven el retorno del capital también pueden ayudar, incluyendo algunas transitorias que favorezcan la creación de empleo formal y atenúen el efecto del mayor costo del trabajo de los últimos años.

Con todo, no podemos descartar que la inversión crezca incluso más de 5% el próximo año, lo cual probablemente lleve a nuevas revisiones al alza en las proyecciones de crecimiento del PIB, y repercuta positivamente sobre nuestro potencial de crecimiento. Tengo menos convicción acerca de la pronta recuperación del mercado del trabajo.

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