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DF Conexión a China | China, aún muy lejos de ser superpotencia

Gideon Rachman © 2021 The Financial Times Ltd.

Por: Gideon Rachman | Publicado: Martes 27 de julio de 2021 a las 04:00 hrs.
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¿Quiere China ser una superpotencia? En la Casa Blanca, al menos, parece haber pocas dudas. El estatus de superpotencia es una fuente de orgullo nacional, y aporta importantes beneficios económicos y políticos. Pero también involucra costos, riesgos y cargas. La semana pasada, nueve ciudadanos chinos fallecieron en un atentado terrorista en Pakistán, un país que ahora se encuentra firmemente en la esfera de influencia de Beijing. El llamado a las represalias en los círculos nacionalistas de China se hace eco de la reacción de EEUU cuando los terroristas han atacado a ciudadanos estadounidenses.

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Convertirse en una superpotencia es un asunto complicado. Plantea una serie de preguntas acerca de las capacidades, las intenciones y la voluntad. Y es en el ámbito militar donde la distinción entre ellas es más importante. Durante los últimos años, China ha transformado su potencial bélico. La armada china actualmente cuenta con más buques que la estadounidense. Algunos oficiales militares estadounidenses de alto rango abiertamente dudan si EEUU prevalecería en una batalla por Taiwán.

Al gobierno del presidente Xi Jinping le gusta exhibir su poderío militar en los desfiles en Beijing, y hay mucha retórica bélica y nacionalista en el Internet y en la prensa. No obstante, China no ha librado una guerra desde que se enfrentó a Vietnam en 1979 y se jacta de su “ascenso pacífico”. A diferencia de EEUU, Beijing también ha sido históricamente muy reacia a prometer defender a sus amigos y aliados. China sólo tiene una base militar en el extranjero, en Yibuti, África Oriental, en comparación con los cientos de instalaciones militares estadounidenses en el extranjero.

El peso económico de China, como la potencia comercial y fabricante más grande del mundo, le otorga una significativa influencia política a nivel internacional. Los países que dependen del comercio o de las inversiones chinos a menudo se muestran reacios a enfrentarse a Beijing. Pero este poder económico no siempre es políticamente decisivo. Aunque China es el mayor socio comercial de Japón, de Corea del Sur y de Australia, en algunas ocasiones estos países la han desafiado.

China a veces ha insinuado que no se puede confiar en las garantías de seguridad de EEUU. Pero la credibilidad del sistema de alianzas estadounidense sólo se derrumbaría si Washington no interviniera después de que China atacara a un aliado de EEUU. Afortunadamente, no hay evidencia real de que esté preparada a correr ese riesgo, ni siquiera con Taiwán, el cual no tiene una garantía de defensa inequívoca por parte de Washington.

La expansión de la presencia militar global china, aunque posible, aún no se ha producido. Incluso si desarrollara una presencia naval en puertos como Gwadar en Pakistán o Hambantota en Sri Lanka, parece poco probable que Beijing ofrezca las garantías de seguridad que han hecho que tantos países estén dispuestos a acoger tropas y bases estadounidenses.

Si China no quiere o no puede lograr una presencia militar global que rivalice con la de EEUU, puede que tenga que encontrar una nueva forma de ser una superpotencia, o renunciar a esa ambición.

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