Click acá para ir directamente al contenido
Columnistas

DF Tax | La cultura de la tributación de corto plazo

Víctor Villalón, académico Departamento de Control de Gestión y Sistemas de Información, Facultad de Economía y Negocios Universidad de Chile.

Por: Equipo DF

Publicado: Jueves 25 de septiembre de 2025 a las 04:00 hrs.

El sistema tributario de un país debe ser evaluado por su capacidad de generar ingresos, y su estabilidad, equidad, predictibilidad y fomento del crecimiento económico inclusivo, lo que requiere mediciones permanentes con mecanismos de evaluación transparentes.

En Chile, se ha observado una tendencia a implementar medidas tributarias transitorias, para satisfacer necesidades fiscales inmediatas. Esta "cultura de la tributación de corto plazo" se traduce en la aplicación de instrumentos temporales o excepcionales que, si bien generan interesantes ingresos en el corto plazo, comprometen la sostenibilidad del sistema y generan distorsiones en el comportamiento de los contribuyentes.

Las medidas adoptadas que ilustran esta cultura fiscal involucran al impuesto a la renta: el Impuesto Sustitutivo al FUT (Isfut) y el Impuesto Sustitutivo a las Utilidades Financieras (ISIF), que surgen en respuesta al bajo traslado de beneficios empresariales a los propietarios, para que tributen con impuestos finales.

Bajo ese panorama, resulta destacable el control del crédito por impuesto de primera categoría que acompaña a esas utilidades pendientes de tributación final. En la actualidad, se requiere diferenciar los créditos conformados hasta el año 2016, cuando terminó el FUT, de aquellos originados entre 2017 y 2019 y los producidos a partir de 2020.

Otro ejemplo ha sido la denominada repatriación de capitales, muy exitosa en su versión 2015, y muy lejos de los esperado en la de 2024.

Estas medidas se incluyeron en la reforma tributaria de 2014 y en las posteriores, permitiendo una tasa tributaria reducida sobre las utilidades acumuladas no distribuidas o en estado de incumplimiento, con el fin de "liberarlas" de la tributación final.

Las reglas de control, imputación y de traslado de tales utilidades, créditos o capitales suman complejidad, lo que deja ventanas abiertas para distorsiones, y dando pie a discrepancias entre la autoridad tributaria y los contribuyentes. Esto se traduce en mayores costos de cumplimiento, disputa y litigación.

Este enfoque cortoplacista ha generado una recaudación exitosa para el Gobierno de turno, pero provoca una reducción del ingreso tributario futuro, lo que a su vez empuja a nuevas reformas transitorias. Esto da paso a un ciclo continuo de ajustes a la ley tributaria con costos comunicacionales, transaccionales y de cumplimiento importantes para el desempeño y eficiencia del sistema tributario.  

Este escenario, además, conlleva a una mayor necesidad de asesoría especializada de alto costo, incertidumbre sobre la aplicación retroactiva o futura de ciertas normas y derechos que se entienden adquiridos, dificultad para automatizar procesos contables y tributarios que quedan detenidos, hasta que se aclaren los alcances de las nuevas reformas. Esto afecta la certeza y seguridad jurídica tributaria.

La inestabilidad normativa socava la confianza del contribuyente, el desempeño de la administración tributaria, genera costos emergentes de planificación operación y puede llevar a decisiones ineficientes desde el punto de vista económico y tributario general.

La cultura de la recaudación de corto plazo refleja una tensión entre la urgencia fiscal y los principios fundamentales de un buen sistema tributario. Es necesario avanzar en mecanismos de consenso sobre el diseño y el desempeño esperado, que conduzcan hacia una cultura fiscal basada en reglas claras, previsibles y estables, la que refuerce la confianza de los contribuyentes, el uso eficiente de los recursos de administración tributaria y asegure una recaudación sostenible y justa en el tiempo.

Te recomendamos