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El euro y la necesidad de la heterodoxia

Muchos economistas han predicho el término del euro...

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Muchos economistas han predicho el término del euro. La zona euro sería una zona con una tremenda heterogeneidad estructural, imposible de generar una regulación económica conducente a la estabilidad y crecimiento. Otros han predicho la salida de algunos países de la zona euro y/o la instalación de varias zonas euros.



La crisis de la zona euro no es una crisis de la moneda, es una crisis de deuda. Como han habido otras. Varias en América. Como toda crisis de deuda puede poner en tensión la moneda, el valor de cambio de la moneda, la confianza en la misma. Sin embargo, el euro como todos las monedas son actos políticos e institucionales. Y hasta el momento los países de la zona euro, tal vez con lentitud propia de las democracias, han ido tomando decisiones que confirman la viabilidad del euro, diez años después de su lanzamiento. Todos los miembros de la zona euro han sido pertinaces en fortalecer y ampliar la voluntad política que sostiene al euro. De hecho, el valor del euro en términos de dólares estadounidenses es hoy mayor que para su lanzamiento.

En el mediano plazo, en la zona euro se buscará y encontrarán los mecanismos de desvalorización de la deuda, de licuación de la misma o de su transformación en activos reales. Y sobre todo, deberá recuperar una agenda de crecimiento económico, de valorización del capital productivo, una agenda pro inversión privada y productiva, una agenda pro pequeñas y medianas empresas. La regulación económica debe estar al servicio de la producción, del crecimiento económico armónico y en condiciones sociales éticas. La razón pragmática y hetereodoxa debe ganarle a la razón doctrinaria y abstracta.

Por ejemplo, China ha dado muestras de un pragmatismo formidable, cuidando su moneda con actos administrativos e institucionales, que tienen a China como la segunda economía mundial, con un 33% del crecimiento mundial fabricado en China y una deuda pública de sólo un 17% del PIB, con formidables reservas internacionales. Por acá y a ratos, Chile ha dado muestras de una gran ingenuidad en su manejo macroeconómico, con grandes períodos de una moneda totalmente sobrevalorada, con el consiguiente daño para nuestros exportadores.

Toda economía tiene un sistema de precio relativos que decide la asignación de recursos y en ese sistema de precios relativos, las intervenciones del gobierno son decisivas.

El euro tiene la gran ventaja de producir un gran espacio económico de asignación de recursos, un gran espacio de crecimiento económico, pero debe ser gobernado de modo de crear los incentivos correctos. El valor del euro en términos de las otras monedas, debe permitir la recuperación de la industria. La banca privada debe tener incentivos para financiar a las pequeñas y medianas empresas. El Banco Central Europeo tiene que proveer de financiamiento a los estados de la zona euro. Por el momento, el BCE está siendo ortodoxo, no está siendo pragmático. No es el caso ni de la Fed en EEUU, ni del Banco de Inglaterra, que han abierto la llave del financiamiento, sin restricciones.

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