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Columnistas

El riesgo de quedarse solo en el Venture Client

DANIEL CHIANG Director de innovación en Quántico

Por: Equipo DF

Publicado: Viernes 12 de septiembre de 2025 a las 04:00 hrs.

El modelo Venture Client está en auge y se ha vuelto una de las formas más tentadoras para las grandes empresas que buscan innovar.

Es un modelo atractivo. Permite mostrar resultados inmediatos y reduce la presión sobre los equipos internos. Además, conecta a las corporaciones con un ecosistema dinámico, lleno de ideas frescas y agilidad. Suena como la receta perfecta: innovación rápida, sin los costos de levantar laboratorios internos ni los riesgos de invertir directamente en startups que pueden fracasar.

“Depender solo de startups, adquisiciones o socios externos puede ser eficaz en el corto plazo, pero erosiona la disciplina, los procesos y la cultura de una innovación sostenible”.

Pero detrás de esa aparente perfección se esconde un riesgo que muchas veces pasa desapercibido. La tentación de delegar toda la innovación a terceros termina por debilitar a la propia organización. Cuando las empresas solo compran innovación afuera, pierden la oportunidad de desarrollar su propio músculo interno, ese que les permite aprender, experimentar y adaptarse por sí mismas.

Existe evidencia reciente que advierte sobre este riesgo. Como señala Khezri en HBR: “Too many CEOs have fallen into the comfort zone of looking outward — focusing on acquisitions rather than building internal innovation capacity” (Khezri, The Perils of Innovation by Acquisition, 2022). En otras palabras, confiar en exceso en soluciones externas puede volverse una tentación cómoda, pero debilitante: la empresa deja de cultivar su propia capacidad para generar innovación desde adentro.

El mensaje es claro y apunta a que depender solo de startups, adquisiciones o socios externos puede ser eficaz en el corto plazo, pero erosiona la disciplina, los procesos y la cultura que sostienen una innovación sostenible. El resultado es una organización dependiente y con menor control de su rumbo estratégico, lo que abre la puerta a la imitación por parte de competidores y a la pérdida de diferenciación real en el mercado.

Esto no quiere decir que el Venture Client sea un error. De hecho, es una palanca muy potente. Acelera la entrada de nuevas tecnologías y a mantiene un vínculo activo con el ecosistema emprendedor. Es un modelo que complementa y enriquece. El problema aparece cuando se transforma en la única vía.

La innovación se trata de combinar lo mejor de afuera con lo que la propia empresa es capaz de generar. De lo contrario, el riesgo es volverse dependiente, perder capacidad de adaptación y, en el largo plazo, debilitar la competitividad.

El Venture Client es cómodo, pero insuficiente como herramienta única. La innovación sostenible no se compra lista; se construye todos los días dentro de la empresa. Y esa construcción, aunque más exigente, es la que asegura que la compañía no dependa de la suerte o del ingenio de otros, sino de su propia capacidad para reinventarse.

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