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Elección de gobernadores, ¿Chile descentralizado?

MARCELA RUIZ-TAGLE Directora de Estudios de Corporación Ciudades

Por: MARCELA RUIZ-TAGLE | Publicado: Viernes 14 de mayo de 2021 a las 04:00 hrs.
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MARCELA RUIZ-TAGLE

Junto a constituyentes, alcaldes y concejales, este fin de semana elegiremos por primera vez en nuestra historia a gobernadores y gobernadoras regionales. De acuerdo a encuestas, será la elección de menos interés para la ciudadanía. ¿Es el contexto en el cual se dan los comicios lo que ha ensombrecido la relevancia de este hito, como lo es la materialización del inicio del proceso de descentralización del país? ¿O simplemente revela bajas expectativas respecto al cumplimiento de su promesa?

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Los gobernadores serán la máxima autoridad regional. Por ley, deberán ejercer funciones de administración, normativas, de coordinación, supervigilancia o fiscalización de los servicios públicos que dependen o se relacionan con el gobierno regional, y las responsabilidades de planificación, —formular políticas de desarrollo regional estableciendo estrategias y proyectos para su materialización, así como también proponer planes de desarrollo para zonas rezagadas— y elaboración de los proyectos de presupuesto. Es decir, debieran ser quienes definan inversiones y el gasto regional. Además, podrán definir y gestionar áreas metropolitanas cuando estas superen los 250.000 habitantes.

Sin embargo, para cumplir realmente con esas tareas, se requiere que el gobierno central al menos efectúe el traspaso de competencias y servicios públicos con presencia regional desde los ministerios sectoriales: Serviu (Minvu), Vialidad (MOP), Sectra y UOCT (MTT), Fosis (MDS), Sercotec, Sernatur (Economía), Servicios de Evaluación Ambiental (Medio Ambiente), así como los presupuestos asociados a estos servicios bajo un marco de responsabilidad fiscal y transparencia propuesto por el Ministerio de Hacienda.

La realidad dista con creces de la promesa y expone, antes siquiera de asumir, a una pérdida de confianza en la nueva institucionalidad, lo que es una muy mala noticia dado el contexto político, económico y social que estamos viviendo. En esta oportunidad, no hacer nada al respecto no es neutro. Permitir que los gobernadores efectivamente planifiquen, gestionen e inviertan recursos incide en la calidad de vida de los habitantes, sobre todo si se considera que es un rol que se ejerce con mayor cercanía respecto a las necesidades territoriales.

Una descentralización real requiere del traspaso de competencias, servicios públicos y recursos, y debe ir acompañada, por ejemplo, del establecimiento de plazos, metas e indicadores de gestión relativos a la disminución de brechas urbanas, focalización de inversiones, mitigación de externalidades y participación ciudadana vinculante, así como también de mecanismos de resolución de controversias entre los distintos niveles de autoridades (central, regional y local) de forma tal de acotar riesgos implícitos. Una descentralización real requiere de la modernización del Estado (central).

Se deben honrar las promesas y volver a construir confianza entre la ciudadanía y la institucionalidad. Si ello finalmente ocurre, el peso de la prueba recaerá en la gestión de cada gobernador electo.

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