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Columnistas

Empleo: algunas luces y profundas sombras

CLAUDIA MARTÍNEZ Directora del Instituto de Economía UC

Por: Equipo DF

Publicado: Viernes 3 de octubre de 2025 a las 04:00 hrs.

Los últimos datos del mercado laboral dejan una lectura ambivalente: hay algunas señales alentadoras en la creación de empleo y en la recuperación de la participación femenina, pero persisten rezagos importantes en los niveles de desempleo y ocupación que muestran que aún estamos lejos de una normalización.

La tasa de desempleo cayó a 8,6%, una décima menos que el trimestre anterior y tres décimas menos que hace un año. Se crearon 120 mil empleos en 12 meses y 25 mil en el trimestre. El crecimiento del empleo superó al de la fuerza de trabajo, lo que permitió reducir la desocupación. Entre las tendencias, destaca especialmente la recuperación de la participación laboral femenina: cercana al 53% durante varios trimestres, ya volvió a niveles previos a la pandemia. Tras la fuerte caída que sufrió en ese período, este avance constituye un hito relevante en términos de inclusión.

“Más allá de las cifras coyunturales es importante considerar la urgencia de los hogares que tienen personas desempleadas y su efecto en la situación de pobreza”.

El vaso medio vacío, sin embargo, también es claro: llevamos más de 30 trimestres consecutivos con tasas de desempleo sobre 8%. Actualmente, 875 mil personas están desocupadas, y para recuperar el nivel de ocupación del primer semestre de 2019 se necesitarían 260 mil empleos adicionales. La creación de empleo es inferior a la observada en el mismo trimestre el año anterior. A esto se suma el aumento del desempleo de larga duración, que amenaza con deteriorar la empleabilidad futura, y la persistencia de la subutilización laboral, evidencia de que muchos trabajadores aún no logran insertarse plenamente en la actividad económica.

Por sectores, el empleo crece en salud, manufactura, información y comunicaciones, y minería, mientras que construcción y comercio muestran destrucción de puestos. Esta disparidad refleja que la recuperación es desigual y que no todos los rubros responden al mismo ritmo. Entre los hombres, el desempleo subió levemente a 8% respecto al trimestre anterior (desde 7,9%), aunque disminuyó cinco décimas en 12 meses. Pese a la creación de empleos, las tasas de ocupación y participación masculina continúan por debajo de los niveles previos a la pandemia.

En contraste, aunque persiste una brecha importante entre hombres y mujeres, la tasa de desocupación femenina bajó a 9,3%, lo que significa una caída de cuatro décimas respecto al trimestre anterior y de una décima en un año. Si bien aún se mantiene por encima del nivel pre pandemia —en torno al 8%—, la plena recuperación de la participación femenina marca un paso importante en la inclusión laboral de las mujeres.

El mercado laboral, en definitiva, muestra algunas señales positivas, pero aún está lejos de una “normalización”. La persistencia de un alto desempleo obliga a mirar más allá de las cifras coyunturales y en esto es importante considerar la urgencia de los hogares que tienen personas desempleadas, y su efecto en la situación de pobreza.

Resulta clave revisar las condiciones de creación de empleo: el crecimiento económico, los costos laborales, el impacto del cambio tecnológico en la demanda de trabajo y las diferencias sectoriales en el crecimiento. Solo con una estrategia que considere estos elementos será posible transformar las señales actuales en un proceso sostenido, inclusivo y capaz de ofrecer empleos de calidad.

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