Estrategia Nacional del Litio: ¿sí o no?
PAMELA GOICOVICH Presidenta de la Cámara Internacional del Litio y Energías SEBASTIÁN QUIÑONES Director África y Medio Oriente Cámara Internacional del Litio y Energías
La pregunta sobre si Chile necesita una Estrategia Nacional del Litio no es trivial. Responder con un “Sí” o un “No”, obliga a revisar no solo los recursos que poseemos, sino también el tipo de país que queremos construir.
La llamada Estrategia Nacional del Litio presentada en Chile hace cuatro años no es una ley ni una política de Estado obligatoria, sino un marco de lineamientos propuesto por el Ejecutivo. En los hechos, su aplicación dependerá de las decisiones políticas de cada gobierno, de la atracción de inversión y de la capacidad de articular al sector privado con las comunidades y regiones.
“Si queremos un Chile progresista y competitivo, ¿por qué hasta ahora no se ha decretado al litio como un mineral concesible, que pueda ser regulado y abierto a mayor inversión?”
Esta propuesta genera una tensión clave: por un lado, se reconoce la importancia estratégica del litio para la transición energética global; por otro, el mineral del litio no es concesible en Chile bajo el régimen legal vigente. El Código de Minería lo clasifica como un recurso de propiedad del Estado, cuyo aprovechamiento requiere contratos o licitaciones especiales. Y aquí surge una pregunta incómoda, que inevitablemente debemos hacer: si queremos un Chile progresista y competitivo, ¿por qué hasta ahora no se ha decretado al litio chileno como un mineral concesible, que pueda ser regulado y abierto a mayor inversión?.
El litio es hoy protagonista: un mineral que nos abre la puerta a la transición energética y a la soberanía tecnológica, pero cuya gestión puede marcar la diferencia entre repetir el viejo modelo extractivo o reinventar nuestra economía desde la innovación.
Por qué “Sí” a una estrategia: Porque Chile concentra las mayores reservas de litio del mundo y ha desarrollado una experiencia minera y energética reconocida globalmente. Porque el desierto de Atacama ofrece una radiación solar inigualable, el sur una potencia eólica en expansión y el norte y la Patagonia un espacio fértil para el hidrógeno verde. Es decir, no solo tenemos minerales estratégicos, también las condiciones para construir una matriz energética limpia, abundante y competitiva. Es un escenario donde el conocimiento también es energía, para transformarnos en un hub de IA y humana , almacenamiento energético y desarrollo tecnológico.
Por qué “No”: Porque una estrategia nacional del litio corre el riesgo de quedarse en un documento, en una propuesta ambiciosa sin ejecución. No es una ley que obligue ni una política de Estado consolidada; es más bien un marco de referencia que depende de la voluntad política, de la coordinación público privada y de la capacidad de generar confianza con las comunidades. Decir “no” a la estrategia es advertir que sin reglas claras, sin institucionalidad sólida y sin visión de largo plazo, cualquier intento podría terminar en frustración o en una oportunidad perdida frente a competidores globales.
Chile debe decidir qué camino quiere recorrer.