Expectativas implícitas y escenario macro
Matías Madrid
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Cerca de un nuevo Informe de Política Monetaria (IPoM), los ejercicios de proyección macroeconómica se multiplican pese a una tasa final de éxito muy menor.
En general, los datos implícitos en los instrumentos de mercado son utilizados frecuentemente por su actualización inmediata a la información disponible, si bien pueden existir algunos temas específicos de cada mercado que pueden sesgarlos. Más allá de lo acertado o no de una proyección, estas cifras pueden servir como base de comparación para calificar las "sorpresas" que aparecerán frecuentemente a lo largo del año, que no solo serán los argumentos que justifiquen las desviaciones respecto de las proyecciones que se realizan hoy, sino que también determinarán el impacto de la nueva información sobre los distintos precios de los activos.
Al respecto, en las últimas semanas se ha materializado un cambio significativo en relación a las expectativas de inflación. En diciembre, el Banco Central proyectaba una cifra de 2,8% para 2015, muy por lejos del 1,9% implícito en los instrumentos de mercado. La fuerte caída del precio del petróleo que traspasaba US $60 el barril presionaba las expectativas pese a que en términos subyacentes la inflación no mostraba signos claros de desaceleración, sesgando al alza la proyección ante una eventual sobrerreacción. Efectivamente, en las semanas posteriores se observó un repunte de la inflación esperada para 2015 y la consiguiente caída de las tasas reajustables de corto plazo, que 2 meses después se ubicaban casi 150 puntos base por debajo de lo observado en diciembre.
Hoy, las expectativas para 2015 sobrepasaron la última estimación del IPoM y se ubican en 3,1%. La aceleración de la inflación subyacente en enero, el mayor dato de actividad de diciembre y el rebote del precio del petróleo son el origen de este repunte. Al respecto, esta cifra es más acorde con nuestra proyección de inflación de 2,9%, que asume que finalmente la inflación cedería ante la fuerte desaceleración de la economía pero que mantiene el sesgo al alza por un probable incremento del precio del petróleo.
Respecto de la Tasa de Política Monetaria, a finales de 2014 las curvas de mercado internalizaban una baja de 25 puntos base con una probabilidad de otra adicional de la misma magnitud durante el año. Hoy y en línea con la evolución de la inflación subyacente, se encuentra internalizada una TPM de 3% durante todo 2015.
A diferencia de lo que sucedía en diciembre, las expectativas implícitas respecto de TPM e inflación no muestran un sesgo particular con la información disponible hoy. En el corto plazo la actividad volvería a crecer cerca de 2% en enero y las expectativas de inflación podrían retroceder considerando un menor aumento del IPC subyacente en febrero. De todas formas estimamos que de existir sería un cambio menor respecto del observado en diciembre.
Para el resto de 2015, probablemente el aumento del precio del petróleo es el principal riesgo que podría generar un cambio relevante de escenario, en un contexto de gradual aceleración de la actividad que evitará una baja de la TPM, pese a la moderación de la inflación subyacente.