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Gina Ocqueteau

Bienestar laboral: la medida del liderazgo

GINA OCQUETEAU Emprendedora

Por: Gina Ocqueteau

Publicado: Jueves 11 de septiembre de 2025 a las 04:03 hrs.

Gina Ocqueteau

Gina Ocqueteau

Cerca de un tercio de nuestros días transcurre en el trabajo. Y para muchas personas, la mayoría de esas horas se viven en lugares donde no encuentran sentido ni propósito. Así lo confirma el estudio Purpose Index 2025 de Almabrands con una cifra alarmante: el 73% de los trabajadores en Chile -tres de cada cuatro-, no se siente realizado en su empleo actual.

Este dato, que incluso supera al 66% registrado en EEUU, no es solo un número. Son miles de personas que sienten que su tiempo, energía y talento se desperdician en espacios donde no perciben que su aporte tenga valor. Y eso debería ser una señal de alerta para todos quienes lideramos organizaciones.

“La realización profesional no ocurre por azar. Se construye cuando los trabajadores entienden cómo su labor impacta a otros, cuando pueden crecer personal y profesionalmente, y cuando se sienten parte de un proyecto con sentido”.

La experiencia nos enseña que la realización profesional no ocurre por azar. Se construye y surge cuando los trabajadores entienden cómo su labor impacta a otros, cuando pueden crecer personal y profesionalmente, y cuando se sienten parte de un proyecto con sentido. El problema no es la falta de talento. Tenemos profesionales brillantes, emprendedores visionarios y equipos capaces de logros extraordinarios. El verdadero desafío está en cómo gestionamos ese talento y, sobre todo, en qué culturas organizacionales estamos creando. Ahí está la diferencia entre tener equipos que florecen en vez de colaboradores que “cumplen”.

Creo que las empresas que logran mayor compromiso y realización son aquellas que entienden que cuidar a sus personas no es un gasto, sino la inversión estratégica más importante. Ese cuidado no se refiere a beneficios superficiales, se traduce más bien en crear entornos psicológicamente seguros, donde se puede expresar una idea o incluso equivocarse sin miedo al castigo; en dar oportunidades reales de crecimiento; en reconocer que cada trabajador también es un ser humano con una vida fuera de la oficina que debe ser respetada.

Los directorios jugamos un rol crucial en este cambio. Junto a las mediciones de resultados financieros, debemos incorporar indicadores de bienestar, desarrollo profesional, clima organizacional y propósito como parte de la gestión estratégica. En otras palabras, dejar de ver a las personas como “recursos” y apreciarlas por lo que son: seres humanos con aspiraciones, necesidades y potencial únicos.

El propósito no se declara, se construye en el día a día cuando los líderes ayudan a sus equipos a conectar su trabajo con el impacto que genera, y también cuando la coherencia, la transparencia y la autenticidad guían las decisiones. Cuando una persona entiende que su trabajo mejora la calidad de vida de alguien más, la motivación se transforma, y es esa conexión entre lo individual y lo colectivo lo que genera verdadera realización.

El Purpose Index nos dice algo claro: no podemos postergar más esta transformación. Si logramos alinear crecimiento empresarial con desarrollo humano retendremos talento y construiremos empresas más resilientes, innovadoras y sostenibles.

Lo que está en juego no es solo la competitividad de nuestras empresas, sino el bienestar presente y futuro de toda la sociedad. Es un gran desafío, pero también abre la oportunidad de ser recordados como la generación de líderes que dejó atrás el 73% de insatisfacción laboral y abrió paso a espacios donde trabajar sea sinónimo de crecer, contribuir y realizarse.

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