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Guerra en Ucrania: ¿puede desestabilizar a Occidente?

GIDEON RACHMAN© 2022 The Financial Times Ltd.

Por: GIDEON RACHMAN | Publicado: Jueves 31 de marzo de 2022 a las 04:00 hrs.
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GIDEON RACHMAN

La invasión de Ucrania ha ido mucho peor para Rusia de lo que la mayoría se atrevía a esperar en Occidente. Los aliados occidentales se han sorprendido incluso a sí mismos con la fuerza, la rapidez y la unidad de su respuesta, con la imposición de sanciones sin precedentes a Rusia y el envío de ayuda militar a Ucrania.

La posición nacional e internacional de Putin parece más peligrosa que antes de la invasión. Pero la realidad menos discutida es que la guerra también plantea grandes y crecientes riesgos políticos para los gobiernos de Occidente.

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El peligro es que Rusia consiga continuar la lucha durante muchos meses, con un número creciente de muertes y destrucción. Mientras tanto, los efectos de la ruptura económica con Moscú comenzarán a sentirse de forma mucho más aguda en Europa en forma de aumento de precios, escasez de energía, pérdida de empleos y el impacto social de intentar absorber hasta 10 millones de refugiados ucranianos.

EEUU está menos expuesto económicamente que Europa. Pero la guerra comenzó con la inflación estadounidense ya alta y los índices de popularidad de Biden bajos. Los precios de la gasolina se están disparando y eso siempre crea descontento entre los votantes estadounidenses.

Algunos critican el objetivo de la UE de reducir la dependencia del gas ruso en dos tercios para finales de año como una respuesta demasiado débil, ya que significa que Rusia sigue recibiendo miles de millones de euros a la semana en ingresos por exportaciones. Pero, en la conferencia sobre productos básicos del Financial Times celebrada la semana pasada, los operadores advirtieron que incluso esa reducción de las compras será muy difícil de conseguir. Algunos creen que la escasez de diésel procedente de Rusia podría provocar un racionamiento de combustible en Europa este año.

También es probable que los precios de los alimentos se disparen, lo que refleja la importancia de Ucrania y Rusia para los mercados mundiales de trigo y fertilizantes. Como resultado de esto, aumentará el número de europeos que recurran a los bancos de alimentos o necesiten ayuda de emergencia.

Mientras tanto, en Medio Oriente, donde los gobiernos tienen menos recursos para amortiguar el impacto de las subidas de los precios de los alimentos, podría producirse un fuerte aumento del hambre. Esto, a su vez, podría provocar una nueva oleada de personas desesperadas que intenten marcharse a Europa.

Por supuesto, la presión económica sobre Rusia será mucho más intensa. Pero Putin dirige una dictadura. Los líderes de las democracias occidentales tienen que preocuparse por sus votantes. Saben que, históricamente, pocos gobiernos pueden sobrevivir a la estanflación y a la crisis del costo de la vida que la acompaña.

Conforme aumenta la presión económica, la unidad occidental podría fracturarse, lo que provocaría presiones contradictorias sobre los líderes políticos. Esa tensión ya está empezando a surgir entre los gobiernos occidentales. Emmanuel Macron, presidente de Francia, ha reprendido implícitamente a Biden al instar a los líderes occidentales a evitar una retórica de escalada que imposibilite un acuerdo de paz en Ucrania.

Una guerra prolongada aumentará la presión política y económica sobre los gobiernos occidentales. La exigencia de Biden de que Putin se vaya puede haber sido poco diplomática, pero seguramente tiene razón al sugerir que las relaciones normales entre Rusia y Occidente son inconcebibles mientras Putin siga en el poder. Quizás sea necesario el cambio de régimen en Rusia para evitar la agitación política en Occidente.

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