Han sido semanas complejas y ocupadas para los aportantes de los fondos Real Estate USA I y II de Frontal Trust, la administradora de fondos fundada por Andrés Echeverría: ocupadas, por las asambleas que buscan bajar la cortina a ambos vehículos, y complejas, por los malos resultados que obtuvieron. El primer fondo aprobó su cierre el pasado 15 de diciembre, mientras que el destino del segundo se sellará mañana lunes 29 de diciembre.
Se trata de vehículos para invertir en proyectos de oficinas y renta comercial en EEUU. A pesar del optimismo inicial, acumularon pérdidas que, en el caso de ambos vehículos, acumulan poco más del 60%.
De los cinco activos en los que invirtieron, sólo uno, el edificio LINQ en Los Ángeles, resultó una operación exitosa. Los otros cuatro activos del portafolio no corrieron la misma suerte.
Algunos aportantes del fondo han manifestado su molestia por la forma en cómo se ha llevado adelante este proceso. El más molesto es la familia Gianoli -históricos fundadores de Molymet-, quienes a través de su sociedad Allegra SpA son los principales inversionistas del Fondo I con cerca del 15% de la propiedad. En el registro de dicho vehículo también figuran instituciones como Penta Vida, Consorcio Seguros de Vida y Bice Corredores de Bolsa. Más atrás aparecen Inversiones Blue Lagoon, del clan Luksic (10%); Arrinvest, de los Arrigoni (7%); e Inversiones Portoseguro Internacional, ligada a la familia Matte (5%).
Fuentes ligadas a la administradora se defienden y apuntan a condiciones macro que configuraron una “tormenta perfecta”, la cual afectó a diversas firmas, tanto chilenas como extranjeras. Consultado por DF MAS, Frontal confirma este diagnóstico: su portafolio se vio impactado por un “colapso estructural del mercado de oficinas en EEUU tras el Covid-19, especialmente en ciudades como San Francisco y Seattle. Se trató de un fenómeno sistémico, transversal a la industria, que afectó a múltiples gestores con exposición a oficinas en Estados Unidos”.
El enojo de los Gianoli no se limita a este caso. La familia también participa en Matriz Plaza Egaña SpA, la sociedad más golpeada por los contratiempos del megaproyecto Eco Egaña de Fundamenta, en Ñuñoa. El conflicto escaló luego de que el plazo de vigencia de la entidad expirara sin ser renovado a tiempo, lo que, en la práctica, la dejaba en estado de disolución.
Sin embargo, en una junta extraordinaria de accionistas de noviembre se aprobó la reactivación de la sociedad para evitar su liquidación, una movida que irritó a la familia Gianoli. En dicha junta, el abogado de esta parte manifestó que, según la Ley de Sociedades Anónimas, habiendo vencido el plazo de la sociedad lo que corresponde es que ésta se disuelva y se proceda a su liquidación.
A pesar de la advertencia, la junta resolvió aprobar la continuidad del vehículo. Ante este revés, en el mercado suena con fuerza que los Gianoli estarían preparando una solicitud de arbitraje ante el Centro de Arbitraje y Mediación (CAM) para resolver este impasse legal.
Frontal Trust, sin embargo, desestima la polémica. Afirman que la reactivación fue respaldada por casi el 98% de los accionistas, “al considerarse la alternativa que mejor resguardaba sus intereses en la etapa final del proyecto y previo al inicio de la escrituración. Sólo un accionista minoritario, con poco más del 1% de participación, votó en contra. La decisión responde a un mandato claro de la amplia mayoría”.