Javier Zabala

Aptitudes y actitudes para un mundo incierto

Javier Zabala Luminis Consejeros

Por: Javier Zabala | Publicado: Martes 31 de diciembre de 2019 a las 04:00 hrs.
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En el actual escenario —que tal vez es el más volátil de las últimas tres décadas— observo en mis reuniones y entrevistas a la mayoría de los empresarios y ejecutivos cansados, e incluso algo enrabiados con toda esta incerteza. Pero también comienzo a observar a otros directivos que aceptan esta nueva realidad, y que empiezan a ver cómo ocuparse más, y preocuparse menos, en avanzar dentro de un contexto con reglas del juego difusas.

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Las características —las aptitudes, pero también las actitudes— de estos directivos más ágiles se encuentran reflejadas en una encuesta hecha por Moore y Rybeck de KFI a 200 coaches de líderes a nivel global. En ella consultó por el tipo de intervenciones más solicitadas por los altos gerentes mismos, quienes están teniendo que lidiar con condiciones de negocios inciertas en todo el mundo.

Lo primero y lo que más solicitaban los directivos era coaching en auto-conciencia, lo cual es una aptitud y una actitud a la vez, pues no solamente es la habilidad, sino también la disposición a aprender de la experiencia y aplicar ese aprendizaje en situaciones nuevas. Frente a tanta incerteza, comprensiblemente los directivos más adaptativos buscan, antes que nada, conocer si las herramientas directivas que han ido construyendo y acumulando en su carrera —las aptitudes y las actitudes que conforman su repertorio— les servirán en ahora, y en adelante.

El segundo tema de coaching que más solicitaban los líderes encuestados era la capacidad de relacionarse interpersonalmente. Nuevamente, a esta aptitud, los ejecutivos solicitaban coaching sobre cómo sumarle una actitud de interactuar transversalmente de forma constructiva, diplomática y atinada, e incluso de usar humor sano (no sarcasmo) para bajar la presión a situaciones estresantes. También el ponerse en los zapatos del otro, y escucharlo sin superponer las propias respuestas automáticas.

El tercer coaching que más se repitió fue la capacidad de influir a otros. Con los pares, desarrollar una mentalidad de intercambio, al entender qué necesitan y qué les interesa, para encontrar terreno en común y poder negociar soluciones win-win. Y con los subordinados, la capacidad de conformar equipos y motivarlos a aceptar el desafío como propio, sin esperar las soluciones desde arriba.

Al final del día, los coaches encuestados reflejaron que un directivo exitoso actual ya no es el artesano individual de una visión de negocio, sino que un conductor capaz de co-crear en una red de relaciones más grande y compleja que antes. Y que para eso se requieren aptitudes y actitudes capaces de liderar e influir en las dinámicas sociales y organizacionales de su entorno.

Al terminar este año, y al momento de hacer un balance de lo aprendido en estos últimos meses en particular, a mi juicio esta mirada puede ser muy aconsejable al momento de ocuparse de la realidad de la nueva década que comienza.

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