Jorge Quiroz

Velasco va (y viene)

Por: Jorge Quiroz | Publicado: Viernes 23 de noviembre de 2012 a las 05:00 hrs.
  • T+
  • T-

Compartir

Jorge Quiroz

Jorge Quiroz

Andrés Velasco dijo a página completa en la prensa dominguera, “voy aunque venga”, lo que por lo demás ya se veía venir, después de relanzar su candidatura a las primarias de la Concertación.



La irrupción de esta opción presidencial, que motivó la sorna de Carlos Peña con alusiones varias al narcisismo -un tópico favorito de ese columnista- bien podría traer algunas sorpresas, acaso inesperadas para Peña, pero muy positivas para el país.

Andrés Velasco está aplicando algo de lo que sabe: teoría de juegos. Se trata en definitiva del “juego de la gallina”, en que cualquiera puede vencer, pero mejora sus posibilidades quien convence al otro de su determinación. Y una forma de hacerlo es eliminar algunas opciones, por confortables que parezcan. En historia, el ejemplo famoso es del conquistador Hernán Cortés, quien barrenó sus naves antes de entrar en combate, indicando de ese modo al adversario que estaba dispuesto a todo. Aplicado ello al anuncio del “voy aunque venga”, el paralelismo es evidente. Hasta antes de ese planteamiento, Velasco se había guardado la opción de deponer su candidatura si volvía Bachelet a competir. Esa opción le salvaba de un eventual ridículo -perder por paliza como le augura Carlos Peña-, pero no era la estrategia óptima, porque carecía de la mínima convicción requerida para participar en una contienda electoral.

Con el nuevo anuncio, Velasco se pone por primera vez en seria competencia: ha barrenado sus naves, y está dispuesto incluso al ridículo, que Peña le pregona. En suma, ha mejorado sus chances.

Pero hay más. Los planteamientos de Velasco, se esté o no de acuerdo con ellos, vienen acompañados de contenido, renovación y marcados trazos, como no se veía hace mucho. Al alero del trabajo suyo y de sus colaboradores, parece estar naciendo una plataforma social demócrata con fuertes elementos de renovación: me atrevo llamarla “Social Democracia 2.0”. Instructivo resulta revisar la entrevista que se le hiciera en las dependencias de este medio. Como buen social demócrata, no renuncia a expandir la carga tributaria, pero en otras materias los planteamientos son novedosos. Para superar la pobreza, el énfasis, muy lejos de retórica típica de la izquierda tradicional, está en empleo; en energía, aboga por el ordenamiento territorial; en educación toca el quid del asunto: calidad de los profesores y cómo mejorar sus condiciones para atraer nuevos talentos a este servicio; en política promueve la eliminación del binominal, pero, sorpresa, no entrando a sistemas proporcionales sino más bien en el enfoque uninominal inglés. En crecimiento, nueva sorpresa, adhiere a políticas orientadas a una mayor diversidad productiva, si bien no se aprecia con qué instrumentos.

Velasco elevará el debate al interior de la Concertación, contribuyendo, confío, a renovar las propuestas de dicho conglomerado y, en una de esas, hasta termina de abanderado. En la vereda política opuesta, en la centroderecha, el tener al frente una Social Democracia 2.0, debiera motivar a marcar con fundamento y convicción cuáles son las diferencias, entrando de lleno en los temas de fondo. Por ejemplo, sería bueno saber qué piensa la centroderecha en definitiva de la regulación y dónde se espera termine la suerte de espiral regulatoria y sancionatoria de la que venimos siendo testigos de un tiempo a esta parte; saber dónde termina, si acaso, la tendencia a subir impuestos y aumentar la carga tributaria; saber cuándo escucharemos, además de beneficios y regalos varios, el rayado de cancha de los deberes y obligaciones, individuales y no colectivas; entre otras inquietudes. Porque, ya es hora de decirlo, toca pensar en serio a para qué queremos a fin de cuentas un gobierno de centroderecha, acepción algo manida a estas alturas, que alude a un ideario cada vez más desdibujado por tanta competencia por ganar la simpatía del opinante mediano y la encuesta nuestra de cada día. Bienvenido Velasco. Bienvenido el debate.

Lo más leído