La desaceleración de China
La recesión en Europa está teniendo importantes consecuencias sobre la economía de China. Europa es un gran comprador de productos chinos...
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La recesión en Europa está teniendo importantes consecuencias sobre la economía de China. Europa es un gran comprador de productos chinos y, al reducir su nivel de ingresos como producto del fuerte ajuste fiscal, cada vez compran menos. Esto genera fuertes complicaciones en el manejo macroeconómico de China. En efecto, el gran secreto del crecimiento económico de China en las últimas décadas está en la fuerte expansión de sus exportaciones. Se trata de un modelo de “crecimiento liderado por las exportaciones”. Al crecer los envíos chinos “arrastran” al resto de los sectores de la economía. Por lo tanto, se puede decir, sin exageración, que las exportaciones constituyen el “motor” del crecimiento de China.
La Unión Europea mirado en su conjunto es el mayor bloque económico del mundo y representa alrededor de un cuarto del PIB mundial. Muchas empresas europeas desviaron la producción de sus bienes industriales hacia China y mantuvieron sólo la comercialización de éstas. Por ello, una fracción no menor de las exportaciones industriales chinas va a Europa. En consecuencia, la recesión europea debiese producir un fuerte freno en la economía china.
Las autoridades económicas chinas están conscientes de esto y han anunciado una meta de crecimiento de 7,5% para 2012. De hecho, los índices manufactureros muestran una fuerte desaceleración por el freno en las exportaciones. En estas circunstancias, crecer 7,5% no es una tarea fácil. Una buena parte del crecimiento de China debe provenir de fuentes internas. Esto se puede lograr en parte estimulando el gasto del sector privado, permitiendo que la moneda china se aprecie por ejemplo, y en parte efectuando una mayor inversión pública.
En la recesión pasada, China fue un verdadero ejemplo de buen manejo macroeconómico al enfrentar la crisis mundial con un programa gigantesco de inversiones en infraestructura. Con esto se generó una demanda artificial que compensó en parte el freno en las exportaciones. En cierta medida se requiere repetir el esfuerzo anterior.
La situación macroeconómica de China es buena como para enfrentar este desafío. Las reservas internacionales exceden los US$ 3 trillones, y tanto la balanza comercial como la balanza en cuenta corriente presentan fuertes superávit. El déficit fiscal es levemente negativo y podría ser incrementado en el corto plazo. Por lo tanto, la economía está en condiciones de absorber el shock de mayor gasto interno. Una vez pasada la crisis, se puede volver a restaurar el equilibrio fiscal.
Las consecuencias macroeconómicas más importantes sobre Chile se reflejan en la evolución esperada del precio del cobre. Obviamente, la recesión europea y la desaceleración mundial reducen la demanda por cobre, lo que debiese reducir su precio. Por otro lado, el aumento de inversión en infraestructura en China requiere de más cobre. La suma de ambos efectos debiese explicar lo que ocurre con el precio de este metal. Hasta el momento, el precio del cobre es inferior al nivel del año pasado, pero se ha mantenido relativamente alto. Ello implica que China ha compensado una buena parte de las menores compras de Europa.