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La mejor política social

Siempre es una buena noticia que disminuya la pobreza. Por eso...

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Siempre es una buena noticia que disminuya la pobreza. Por eso, la última encuesta Casen, más allá de todo análisis o precisión que deba hacerse, es una buena noticia. Porque cada persona que sale, por poco o por mucho, de la línea de la pobreza es un orgullo para cualquier país.



Sin embargo, eso no basta para celebrar. La disminución en un 0,7% de la cantidad de personas que viven bajo la línea de la pobreza no es un triunfo significativo. Más importante puede considerarse que ese 0,7% representa un cambio frente al aumento de la pobreza que habían registrado las encuestas entre 2006 y 2009.

Algunos análisis pretenden sostener que la inversión de la tendencia de aumento de la pobreza corresponde a la consecuencia natural de la recuperación posterior a la crisis del año 2009. En pocas palabras, lo que se pretende probar con este argumento es que la disminución de la pobreza obedece simplemente a que después de topar fondo necesariamente las economías se recuperan. Para quienes sostienen esto el terremoto del año 2010 sería un hecho irrelevante, en cuanto no implicaría dificultad para el crecimiento de una economía y para la disminución de la pobreza. No es así, y hay un mérito importante en superar esa dificultad y mejorar los índices socioeconómicos del país.

Pero la buena noticia no está ahí. Al menos no la más importante. La buena noticia es que si se consideran los principales indicadores económicos la tendencia a la baja que registra la Casen 2011 debiese mantenerse y aumentarse. Es decir, si la pobreza se midiese hoy seguramente sería menor a la registrada en la Casen 2011. Así se concluye por los niveles de crecimiento y empleo, ambos sostenidamente al alza. Esa es la buena noticia de esta encuesta, que ratifica lo que Chile ha demostrado desde hace años, a saber: que la mejor política social es el crecimiento económico y la creación de fuentes de trabajo, que permite que las personas contribuyan a la sociedad y reciban ingresos para sus familias. 
Esto no quiere decir que la política social y redistributiva no tenga una función que jugar en adelante, tal como lo ha hecho hasta ahora. Pero sí debe ayudarnos a comprender donde está la prioridad (en el crecimiento y el empleo) y cómo debemos aplicar las políticas públicas que busquen solucionar las injusticias que no pueden esperar. 
Bien por las buenas noticias. A trabajar por las tareas pendientes.

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