La nueva cultura laboral es inevitable
Emprendedor, co-fundador Alma Suite Director ASECH
El éxito de los “reality show”, dejando el morbo de lado, se debió a que los televidentes por primera vez tuvieron la oportunidad de interactuar con el “show” y participar de él, decidiendo quienes se quedaban o no. Diez años después, Twitter permitió que todos se sumaran al debate público, sin importar nivel o ubicación. Las redes sociales cambiaron para siempre la forma de relacionarnos, dando paso una participación y empoderamiento social sin precedentes.
Pasó en el espacio privado y público, ahora viene el turno de lo laboral. Empujados por un cambio social por un lado y por una nueva generación (que nunca conoció algo distinto), por otro, la evolución en nuestra cultura laboral es inevitable. El aumento en la rotación, en vez de combatirla con más beneficios según el paradigma antiguo, hay que entenderla y aceptarla. Las personas ya no quieren hacer carrera y eso implica aprender a gestionar el conocimiento de la empresa, no sólo como la frase cliché, sino que como una nueva forma de trabajar, donde activamente, día a día se vaya recogiendo el conocimiento de las personas y su trabajo, quedado disponible para la empresa.
Por otro lado, aceptar que hoy las personas buscan mayor realización en su trabajo. Esto de manera simplificada se puede traducir en dos elementos: sentido y autonomía. El primero tiene que ver con el “por qué” de mi trabajo, que más allá de un medio de subsistencia, este debe ser un fin en si mismo y que por lo tanto debe tener una razón para ser operado. Si vamos a dedicarle un tercio de nuestras vidas a algo, más vale que valga la pena.
El segundo elemento es la autonomía: personas que toman más decisiones, más cerca del problema, con menos burocracia y aumentando la productividad gracias a equipos más motivados. El clásico exceso de control sobre los equipos, lo único que hace es tratarlos como incapaces. Décadas atrás la justificación podía ser la falta de información o conocimiento a la mano, pero eso ya no aplica. La mayoría de las respuestas están a un click de distancia. La alineación interna es mucho más alcanzable y por lo tanto, el que las decisiones de todos vayan en la misma línea (y sin jugar el teléfono).
La nueva cultura laboral evoluciona tal como nuestra sociedad. La participación y desconcentración del poder, se traduce en la necesidad de empresas que operan más sobre conocimiento, sentido y autonomía. Si bien presentan un desafío, son buenas noticias. Son las claves para lograr empresas más ágiles y competitivas. Es lo que ha permitido a los grandes casos de éxito en EEUU nacer y crecer a varios miles de empleados sin morir en el intento dentro de sociedades y mercados aún más competitivos. El futuro es simple: o toma las riendas y dirige su empresa a este nuevo camino, o el mercado lo hará sin su permiso.