Álvaro Jalaff post Capitán Yáber: el distanciamiento con su hermano Antonio, estufa para el penal y las recientes declaraciones a la Fiscalía
Con su defensa, desarrolló una artillería legal con informes del tributarista Octavio Del Río y declaraciones del exdirector del SII Ricardo Escobar para desacreditar delitos que se le imputan. Y, por ahora, logró que el tribunal desestimara que haya cometido soborno o cohecho activo.
Por: Azucena González
Publicado: Sábado 23 de agosto de 2025 a las 20:00 hrs.

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Poco más de seis meses privado de libertad estuvo Álvaro Ignacio Jalaff Sanz, recluido en Capitán Yáber desde el 3 de febrero pasado. El exCEO de Grupo Patio e integrante de la familia fundadora de este grupo inmobiliario, salió este martes de aquel anexo carcelario, al que había llegado tras ser formalizado y decretarse su prisión preventiva en el marco del caso Factop-Audio.
Se trata quizá de uno de los casos financieros más alambicados del que se tenga registro en Chile. En lo medular, trata -según la acusación de la Fiscalía- de la existencia de una estructura organizada en la que el grupo Sum Capital, vinculado a los hermanos Sauer, derivó en ilícitos. Personas como los hermanos Álvaro y Antonio Jalaff recibían financiamiento mediante el mecanismo de facturas falsas, sin que existiera un servicio real en esta emisión.
Y cuando se hizo inabordable el endeudamiento principalmente de Antonio Jalaff, se creó, al alero de LarrainVial (LV), el fondo Capital Estructurado I para pagar esas deudas. Y allí llegaron inversionistas que pusieron recursos, con la promesa de que recibirían a cambio, como pago, acciones indirectas del Grupo Patio, de propiedad de Antonio Jalaff.
Esos dineros fueron levantados entre clientes de la corredora de STF, también parte del grupo SUM Capital y los hermanos Sauer, y que fue suspendida por la CMF ante diversas irregularidades vinculadas con este esquema. Por si fuera poco, surgió a la luz el famoso audio en el que los abogados Leonarda Villalobos y Luis Hermosilla, y Daniel Sauer hablaban de pagar coimas a funcionarios públicos.
El caso está en total desarrollo. Con 10 querellas presentadas en su contra -con acusaciones de cohecho, lavado de activos, delitos tributarios, infracción a la ley de mercado de valores y administración desleal-, la última revisión de medidas cautelares de Álvaro Jalaff había ocurrido el 27 de mayo. Pero esta semana se convirtió en el último formalizado del caso en salir de Capitán Yáber, algo que se intuía en el ambiente que ocurriría, ya que todos los otros imputados que alguna vez estuvieron recluidos ya habían conseguido cautelares menos gravosas.
Fue durante la tarde del martes que Álvaro Jalaff dejó el anexo carcelario, raudo a su casa ubicada en Santa María de Manquehue, Vitacura. Durante el tiempo en que estuvo detenido, fue un círculo muy estrecho el que lo visitó regularmente los miércoles y viernes en que están permitidas las visitas, conformado por su señora Ignacia Buzeta -“su sostén fundamental, siempre entera, nunca quejándose, nunca víctima”, dicen en el entorno del empresario-; también su madre Mariloli Sanz; sus hermanas Loli y Valentina, y su hermano Sergio; y su suegro.
No así su hermano Antonio, quien durante este tiempo ha estado con la cautelar de arresto domiciliario nocturno, lo que le ha permitido, por ejemplo, seguir una rutina en el gimnasio. Es un hecho, dicen varios conocedores, que entre ambos hermanos se produjo un distanciamiento. Antonio Jalaff, como es el procedimiento en Capitán Yáber, se inscribió en la lista para enrolarse como visita, pero fue su hermano Álvaro quien no lo aceptó, en un alejamiento que en el entorno de los Jalaff atribuyen a distintas razones.
“Álvaro, siendo el menor de los hombres, siempre asumió un papel como de pater familias, sobre todo cuando el papá se enfermó. Pero a la luz de todo lo sucedido, siente que le salió demasiado caro, y que ahora sigue para adelante solo”, dicen en su entorno. Las razones del incordio son que, al entender de Álvaro Jalaff, el caso está cruzado por buscarle soluciones a las deudas de Antonio Jalaff, pero terminó él preso. Un tema que abordó en sus declaraciones. “Parte importante de los recursos que me pasaba Factop fueron destinados a préstamos que le realizaba a mi hermano Antonio”, dijo a la Fiscalía.
También ayudó a este enfriamiento entre hermanos, dicen cercanos, una declaración hecha por Antonio Jalaff el 3 de enero pasado, que le dolió. En ella, al referirse Antonio Jalaff a sus deudas y a la solución dada a través del Fondo Capital Estructurado I, dijo que con el correr del tiempo se dio cuenta de que el consejo de sus socios y su hermano Álvaro de ir por el fondo “estaba de alguna manera contaminado en el caso de Álvaro por su propio interés en seguir escondiendo su real endeudamiento”. Y además “porque tenía interés en la restitución de los préstamos puente que me habían dado desde fines de 2021 y durante 2022”.
Con cuatro hijos, cercanos a Álvaro Jalaff dicen que estos meses lo pasó mal, sobre todo por el impacto en su familia. Algo que explícitamente mencionó su abogado Hugo Rivera durante la audiencia en que se revisó su situación. “Aquí ha habido un costo familiar, económico. El señor Jalaff es padre de cuatro hijos, tres pequeños infantes y una entrando a la adolescencia”. “Son niñitos, han sufrido”, complementó a la salida de los tribunales Hugo Rivera a DF MAS.
Durante los seis meses privado de libertad, Álvaro Jalaff -además de interiorizarse de su causa- se dedicó a leer biografías de hombres de negocios, como las de Elon Musk y Bill Gates. Y, en el plano más doméstico, tomó una voz cantante en buscar mejorar las condiciones carcelarias, representando ante las visitas de los jueces que, por ejemplo, no hubiera acceso a teléfono público para que los detenidos pudieran comunicarse con sus respectivas familias. Y cuando llegó el invierno, él mismo pidió comprar estufas eléctricas, a su costo, enseres que quedaron como parte de los bienes colectivos en Capitán Yáber.
La artillería legal
Álvaro Jalaff no había prestado declaración desde el 11 de diciembre del año pasado. Pero en las últimas semanas la Fiscalía lo ha interrogado en varias oportunidades, el 8, 11, 14, el 29 de julio y el 4 de agosto. Fueron ocasiones en que en detalle abordó -desde su perspectiva, claro está-, cada uno de los aspectos que han sido protagónicos en este inédito caso judicial. Por qué se financió a través de Factop, cómo fue la venta del Grupo Patio, qué ocurrió con sus contadores, en especial con Marcelo Medina, y las pérdidas económicas que dice haber sufrido, entre muchos aspectos. DF MAS tuvo acceso a todas estas declaraciones y extractó parte de sus afirmaciones, y también tuvo acceso a documentos adjuntados al proceso por la defensa de Jalaff con los que busca rebatir cargos que se le formulan.
Un caso es, por ejemplo, el de los delitos tributarios. En su querella original, el Servicio de Impuestos Internos (SII) le achacó evasión de impuestos de Primera Categoría. Pero Álvaro Jalaff y su defensa comandada por el abogado Hugo Rivera y Álvaro Morales, contrapuso un estudio encargado al contador Octavio Del Río, quien analizó los registros contables, balances, y declaraciones tributarias de sociedades relacionadas a Jalaff -Inversiones Ensenada, Inversiones Kingston, Inversiones Barros Negros e Inversiones 540-, y en cuyo informe, de 87 páginas, este profesional concluye que “salvo los errores que se informan, las declaraciones sobre impuesto a la renta cuestionadas por la autoridad, en la experiencia profesional de quien suscribe, fueron correctamente presentadas y ninguno de los casos analizados bajo los procedimientos aplicados, han causado un perjuicio fiscal”.
La ofensiva por Grupo Patio
De las declaraciones, se deprende que un tema neurálgico para Álvaro Jalaff -y que entendidos proyectan que terminará en tribunales-, son las condiciones de venta de Grupo Patio, hecha en 2024 a un grupo de accionistas entre los que estuvieron los grupos Elberg, las hermanas Gabriela y Paola Luksic con Óscar Lería. De sus afirmaciones ante la Fiscalía queda claro que Jalaff ve que aquello fue una operación “para arrebatar a mi familia el control del Grupo Patio”.
Habló de una toma de “control hostil de la empresa, aislándome a mí y a mi familia del resto de los accionistas iniciales”, y argumentó, en lo medular, que hubo una operación para bajar el precio de la compañía. “La delicada situación financiera de mi familia se utilizó para desmejorar aún más nuestra posición al interior de Grupo Patio (…) El precio de venta que se nos impuso astutamente ocasionó la ruina de mi familia”, dijo, adjuntando además un acta de directorio fechada el 4 de octubre de 2023, en la que se informa que se recibió una propuesta de LV a una valorización de 8,5 millones de UF. A ojos de Jalaff, ocasionó un perjuicio al propio Fondo Capital Estructurado I, que había considerado otra valorización más alta.
Por supuesto que la contracara es la visión de los compradores, cuyo punto de vista quedó también plasmado en la carpeta investigativa a través del abogado Octavio Bofill, quien declaró el 30 de julio pasado ante la Fiscalía en su condición de abogado de los compradores y quienes lo liberaron del deber de reserva. “Sin duda alguna que la transacción se negoció y ejecutó mediante prácticas estándares del mercado”, dijo Bofill, profundizando en específico en que, respecto de la valorización de la sociedad y la formación del consentimiento para acordar el precio pagado por la misma, “no puedo más que ratificar que, con toda certeza, se trató de una transacción estándar, donde todas las partes involucradas contaron con múltiples y sofisticados asesores”.
Fuentes vinculadas a los accionistas de Patio han señalado que lo pretendido por los Jalaff es insólito e infundado, dado que -dicen- es de público conocimiento que tras desencadenarse el caso Factop la compañía necesitaba de inyección de capital con urgencia, que se materializó a través de un aumento de capital en diciembre de 2023, que fue suscrito por los mayores accionistas de la empresa, en base un precio fijado por un estudio independiente elaborado por Econsult, el cual fue aprobado unánimemente por el directorio y la junta de accionistas de Grupo Patio, “instancias en las que la familia Jalaff tenía representación. Fue a ese mismo precio al cual se le compraron las acciones a la familia Jalaff en abril de 2024”.
Cohecho: “Los supuestos
materiales han decaído”
Un tema particular que abordó la defensa de Jalaff en la audiencia de esta semana fue la imputación por soborno o cohecho activo, señalando que, siguiendo el audio de la reunión entre Daniel Sauer, Luis Hermosilla y María Leonarda Villalobos, queda claro que Álvaro Jalaff no tenía conocimiento de que se había accedido a los sistemas informáticos del SII.
“Estamos totalmente seguros de que él nunca ha corrompido a un funcionario público. Por eso nosotros tuvimos que marcar los hitos. Ella (Leonarda Villalobos) hace uso de un acceso de Patricio Mejías Esparza el 20 de junio de 2023, y lleva esa información a la famosa reunión del 22 de junio. Pero ni ella sabía que esas eran sociedades de Jalaff. Y lo que se acreditó fehacientemente es que nunca más se accedió a empresas de Jalaff desde el 20 de junio de 2023. En consecuencia, cómo puede decirse que pagó si no hay acceso. Ellos en la reunión del 22 de junio de 2023 tratan de decir que ahí se arma el soborno para adelante, subsecuentemente. Y la verdad es que cuando uno escucha el audio, lo que queda establecido es que habla especialmente Luis Hermosilla con el señor Sauer, y dicen: ‘¿sabe Jalaff esto? No, no sabe. Digámosle y saquémosle plata’. Y Sauer dice: ‘no, déjame a mí verlo’. ¡Cómo puede haber soborno de una persona que desconocía lo que había ocurrido!”, describió Rivera.
Al final de la jornada de este martes, la magistrada recogió este argumento que cambió la balanza, pese a la oposición de la Fiscalía. “No existen antecedentes ciertos que permitan estimar a este tribunal en esta instancia, que tenga conocimiento el imputado Jalaff que se haya accedido al sistema informático del SII, que haya tenido conocimiento de este ilícito. No existe ningún antecedente cierto que permita estimar que Jalaff tuvo participación en este ilícito (…) Por ahora, entonces, los supuestos materiales han decaído en relación con este ilícito de soborno o cohecho activo, y el Ministerio Público deberá entonces investigar con igual celo estos antecedentes que permitirían eventualmente obtener una absolución en relación con este ilícito”, dijo la magistrada.
Se espera que sea el Consejo de Defensa del Estado (CDE) quien apele a la rebaja de la cautelar. Por eso, nada está dicho en este colosal caso.
Álvaro Jalaff, ante la Fiscalía:
“Yo opté por pedir dinero a Factop”
“A fines de 2021 o comienzos de 2022 mi hermano Antonio finalmente transparentó a toda mi familia que tenía deudas vencidas, que lo habían estafado. A partir de ese problema apoyé a Antonio buscando asesores y alternativas de financiamiento que permitieran generar liquidez a partir del patrimonio de él, tratándose de una nueva responsabilidad para mí, que asumí con el único fin de ayudar a mi hermano y proteger a toda mi familia, que fue lo que le comprometí a mi papá".
"Debo ser categórico en señalar que jamás actué como agente del Fondo o sus aportantes, sino que como colaborador de mi hermano".
"La inversión en las cuotas del fondo era un negocio auténtico, atractivo y con potencial real de rentabilidad. Quienes adquirieron cuotas del fondo apostaban a que el valor de Grupo Patio aumentaría por sobre los 19 millones de UF. Existían razones para pensar que el valor de Grupo Patio aumentaría".
"Me parece absurdo que gente que supuestamente defraudó o conocía el fraude, haya, en paralelo, invertido para asumir la posición de los inversionistas supuestamente defraudados. Tal es el caso de Luis Flores (255 cuotas) y Sebastián Somerville (2.250 cuotas). Flores era nada menos que el propietario y gerente general de STF. Sebastián Somerville también es propietario de STF, además se ser un conocido empresario. Sebastián reconoce que el fondo era un negocio atractivo, aunque muy riesgoso".
"Yo también era optimista respecto del futuro de Grupo Patio y del Fondo. Porque Grupo Patio sí o sí seguiría aumentando de valor, proyectándose que el 2029 alcanzaría a un monto cercano a las UF 35 millones.
Aunque tenía la posibilidad de participar en el Fondo, tuve que optar por no hacerlo. Dicha posibilidad existió porque, al igual que otros acreedores, quedé con créditos contra Antonio, luego de solventar con mis propios recursos vencimientos e intereses de las deudas de mi hermano en 2022 y comienzos de 2023 cuando con el resto de mis socios compramos casi la totalidad de los créditos inferiores a $ 300 millones".
"El financiamiento puente dejó a nuestras sociedades en una situación financiera incómoda. Salvo Inversiones Santa Cristina, yo participaba en todas las otras sociedades que apoyaron a San Antonio, aportando recursos por más de $ 9.279 millones. Por eso, enfrentado a la disyuntiva de aportar mis créditos y transformarme en tenedor de cuota serie A, o venderlos contra el dinero aportado por los tenedores de cuotas serie B, tuve que optar por lo segundo, porque necesitaba con urgencia recuperar parte del financiamiento puente para cubrir mis propias necesidades de caja".
"En el caso particular de mis sociedades personales, las pérdidas fueron aún mayores. Barros Negros y Las Vegas otorgaron financiamiento puente por casi $ 2.400 millones, de los cuales sólo recuperé $ 400 millones. Un 16% del total".
"Desgraciadamente, en vez de subir, la valorización de Grupo Patio bajó".
"Tengo en mi poder dos antecedentes documentales que desmienten mi supuesto ‘conocimiento’ respecto de facturas de Factop en contra de mis propias sociedades personales. Tales son un mensaje de WhatsApp de Marcelo Medina y un intercambio de correos electrónicos el 11 de noviembre de 2023. En este correo Marcelo Medina reconoce su falta de profesionalismo y control de su administración en Sibo, a lo que yo respondí textualmente: ‘una buena planificación financiera hubiera solucionado los problemas que después con el desorden y la estafa producida generó un tremendo problema. Por supuesto que mi exceso de confianza y cero control a todo lo que se hacía es mi responsabilidad, el haber estado 24/8 dedicado a Patio, dedicado 100 a no hacer nada más que generar valor en Patio. El descontrol era tal que no tú sabías qué estaba pasando'".
"Ellos (Marcelo Medina y Daniel Sauer) utilizaban mi nombre para, por un lado, Marcelo Medina ganarse sus bonos a fin de año, y Sauer para poder presionar a Medina. Marcelo Medina tenía firma por mí en los cheques. En esa fecha yo viajaba bastante, por lo que Medina tenía autonomía para firmarlos".
"Una importante cantidad de facturas emitidas por SUM Capital a mis empresas y las de Antonio no estuvieron en conocimiento de Sibo ni Marcelo Medina".
"Respecto de por qué mantuve a Medina, puedo señalar que la relación profesional con él desde hace dos años se encontraba desgastada y que en varias oportunidades se evaluó terminar esa relación laboral, pero por un tema de vínculos afectivos entre nuestras familias y por sus temas de salud hicieron que no tomara la decisión de terminar dicha relación laboral".
"Este desorden me llevó, a fines de julio o principios de agosto de 2023, a consultar y pedir ayuda a Ricardo Escobar, generándose tiempo después el primer reporte preliminar del financiamiento recibido por Factop. El reporte incluye las empresas Las Vegas, Kingston, Ensenada y yo como persona natural. En esta revisión se pudo advertir que, a pesar de estar pagada la deuda o gran parte de ella, Factop había cedido facturas.
Arribamos a distintos acuerdos con los respectivos titulares de las facturas con mérito ejecutivo y que, en concreto, se tradujeron en los contratos que ahora estoy acompañando, los cuales financié con el préstamo recibido del Banco Santander".
"Contaba con líneas de crédito de diversas instituciones financieras. Sauer representaba parte de la disponibilidad financiera de corto plazo que me permitía no utilizar la disponibilidad de crédito con las instituciones bancarias. Yo opté por pedir dinero a Factop, que cobrara un interés mayor, aunque en mi caso, por ser unos de sus mejores clientes, este interés era de 1,6%, porque tenía una disponibilidad inmediata y a corto plazo, prefiriendo utilizar la línea de crédito bancaria para realizar inversiones que pagaría a mediano o largo plazo. Parte importante de los recursos que me pasaba Factop fueron destinados a préstamos que le realizaba a mi hermano Antonio”.
Ricardo Escobar a la Físcalía: “Todo indicaba que había sido objeto de un fraude por los hermanos Sauer (…) El desorden era sorprendente”
Fue el 1 de agosto pasado que el abogado y ex director del SII, Ricardo Escobar, compareció a prestar declaración a la Fiscalía, ocasión en la que detalló su rol en tratar de desentrañar el lío de las facturas. En el documento explicó que conocía a Álvaro Jalaff desde 2013 a 2014, realizando de tiempo en tiempo asesorías a Grupo Patio, y desarrollando una relación de amistad y social con accionistas y ejecutivos de este grupo. Acá extractos de su relato a la Fiscalía:
“Supe de este caso cuando apareció la noticia de que había una ampliación de la querella del señor Topelberg (…) Álvaro Jalaff me contactó para pedirme que le asesorara en la evaluación de la situación y las medidas que debía tomar. En ese momento Álvaro no tenía claridad de lo que se trataba ni de los montos involucrados”.
“Tuvimos reuniones con él y sus contadores, Marcelo Medina y Alex Maldonado y ahí me explicaron que desde hacía tiempo Antonio y Álvaro habían obtenido préstamos de parte de los señores Sauer, con un sistema en que utilizaban facturas como títulos de crédito para respaldar el financiamiento que les daban”.
“En los primeros días me quedó claro que el sistema de control y contabilidad de las empresas que tenía Álvaro y su hermano Antonio era deplorable, los contadores eran incapaces de explicar los montos y la cantidad de facturas que estaban vigentes. El procedimiento que tenían era muy confuso”.
“Le aconsejé a Álvaro tres cosas: que necesitaba hacer una revisión independiente de la contabilidad y de todas las facturas, porque era imposible avanzar dada la aparente incompetencia y desorden de sus contadores. Que no era descartable que estos contadores pudieran estar involucrados de algún modo en algún fraude porque la cantidad de facturas que circulaban aún en el mercado excedía lo que se suponía eran las deudas de Álvaro. Tercero: que todo indicaba que había sido objeto también de un fraude por los hermanos Sauer. También le aconsejé que tenía que hacerse cargo de todas las facturas de sus empresas que estuvieran en poder de los acreedores”.
“Álvaro nos contrató entonces para dirigir un grupo de contadores para tratar de reconstruir el flujo de todas las facturas que estaban pendientes, y de los dineros recibidos en préstamo, así como los pagos devolviendo el dinero que se hubieran efectuado. El desorden era sorprendente y todo el tiempo aparecía más información y más facturas”.
“Álvaro había entrado en una actividad frenética profesional, con viajes y haciendo negocios en todas partes, y a medida que necesitaba dinero simplemente lo solicitaba, sin formalidad alguna, a veces por llamadas, o WhatsApp, a Sauer o a Medina, y nadie hacía el seguimiento adecuado, con lo cual descubrimos que a veces eran los propios Sauer los que informaban a los contadores que vendría una factura, Medina le daba instrucciones a su segundo y éste aceptaba las facturas. Así, simplemente había línea directa ente alguno de los Sauer y los contadores. En suma, era muy difícil saber cuándo y quién había pedido un crédito y si las facturas habían sido todas aceptadas por los contadores o si también las había aceptado alguien de los Sauer”.
“Nosotros lo que vimos hasta ese minuto, fue que las facturas no las anotaron en la contabilidad de las empresas, no las usaron como gasto ni como crédito”.

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