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Panorama económico: no hay motivos para celebrar

HERMANN GONZÁLEZ Coordinador Macroeconómico Clapes UC

Por: HERMANN GONZÁLEZ | Publicado: Miércoles 29 de noviembre de 2023 a las 04:00 hrs.
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HERMANN GONZÁLEZ

Es comprensible que el Gobierno celebre cuando los datos económicos son mejores de lo esperado. Esto fue lo que ocurrió con las cifras del tercer trimestre, que dieron cuenta de un crecimiento interanual del PIB de 0,6% y una revisión al alza en las cifras conocidas para los primeros nueve meses del año.

Con estos resultados se hace menos probable que el año termine con una contracción económica y aumentan las posibilidades de que el crecimiento se ubique en torno a cero. Es decir, que cerremos el año con el mismo nivel de actividad que teníamos a fines del año pasado.

“No hay problema con que el Gobierno celebre las cifras positivas. El problema es que de verdad se piense que la economía va por buen camino, cuando no es así. Si el diagnóstico es errado, lo serán también las medidas que se impulsen”.

¿Es esto motivo para celebrar? Desde el Gobierno dicen que a inicios de año se esperaba algo peor, lo cual es cierto, pero el hecho de que el año termine menos mal de lo previsto tiene poco que ver con la gestión del Ejecutivo.

El crecimiento del PIB del tercer trimestre estuvo impulsado a nivel sectorial por la minería y la generación eléctrica. Esta última fue a su vez beneficiada por las lluvias de este año, que permitieron que el sector creciera más de 20% interanual. El PIB no minero cayó por cuarto trimestre consecutivo y los sectores más vinculados con el ciclo como construcción, comercio e industria también retrocedieron. Pero lo que es peor, la inversión retrocedió 4,1% interanual, debido a caídas en sus componentes de construcción y maquinarias.

De acuerdo con datos de Bloomberg, la proyección de crecimiento de Chile ha mejorado en torno a un punto porcentual desde inicios de año, lo cual es positivo. Pero esto tiene que ver en parte con un mayor crecimiento global. Las proyecciones de crecimiento de EEUU -uno de nuestros principales socios comerciales-, y las de Brasil y México, han subido más de dos puntos porcentuales este año.

Otro de los factores que ha impedido una caída mayor del PIB este año tiene que ver con el camino que han seguido las principales reformas impulsadas por el Gobierno. El paso de una reforma tributaria que podría haber sido muy dañina para la economía a un pacto fiscal que releva la importancia del crecimiento económico y la eficiencia del gasto; la necesaria moderación que deberá tener la reforma de pensiones para alcanzar un acuerdo político, y el camino que ha seguido el proceso constitucional, son parte de las buenas noticias que han permitido reducir en algo la incertidumbre económica.   

No hay problema con que el Gobierno celebre las cifras, de hecho, es natural que lo haga. El problema es que de verdad se piense que la economía va por buen camino, cuando no es así. Si el diagnóstico es errado, lo serán también las medidas que se impulsen. Reconocer que la economía está estancada hace dos años y que esa es la razón de la debilidad del mercado laboral y del consumo, es la base para impulsar las medidas adecuadas que permitan retomar a la brevedad el crecimiento económico.

Ojalá que en la interna el Gobierno esté preocupado por esto y que una vez que termine de celebrar, se preocupe de que el diseño de las políticas públicas en discusión -y de las que vendrán- contribuya a la recuperación económica y no siga debilitando a la economía.

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