Alcaldes oficialistas piden que se apruebe el proyecto de ley de Seguridad Municipal, que “autoriza” a los guardias municipales a portar elementos defensivos, como cascos y chalecos antibalas, además de crear una agravante en caso de que sean agredidos. Se trata, ni más ni menos, que obligar a los guardias municipales a “poner la otra mejilla”.
La semana pasada, tres guardias municipales fueron atropellados en la esquina de mi casa, cuando intentaron evitar el robo a un vecino. Nada pudieron hacer para defenderse. Si hubiese estado vigente el proyecto de ley de Seguridad Municipal, los habrían atropellado igual, y habrían quedado en la misma indefensión.
“Cerrar el Metro o suspender partidos para evitar la delincuencia son medidas en la dirección equivocada. Lo que se necesita es más seguridad”.
Hay dos tipos de declaraciones en política que abundan, especialmente en períodos electorales: a) queremos más seguridad, y b) queremos descentralizar el país. Sin embargo, el proyecto de ley de Seguridad Municipal no hace ni lo uno, ni lo otro. No entrega a los municipios atribuciones que son muy básicas y, de hecho, con el afán de regular la actividad de los municipios, termina restringiendo su actuación.
Lo que piden los alcaldes de oposición (e imagino, la mayoría de los vecinos) son cosas muy simples: que se autorice a los guardias municipales para que puedan usar armas no letales (como pistolas eléctricas y gas pimienta), permitirles que efectúen control de identidad, que fiscalicen carreras clandestinas, que decomisen al comercio ambulante y que tengan acceso a bases de datos de personas con órdenes de detención.
Todo lo anterior es lo básico para mejorar la capacidad de reacción a nivel comunal, pero nada de eso está contemplado en el referido proyecto. Mejor obligar a los guardias municipales a poner la otra mejilla. En vez, la iniciativa crea “mesas de trabajo” y un “Comité de Coordinación”. Listo, con eso estamos. Para que más.
Si hay dudas respecto del uso de armas no letales por parte de guardias de seguridad, Carabineros podría implementar un registro y sistemas de capacitación. Tal vez no todos los municipales podrán portar estos elementos, sino solo los registrados, en fin hay mil formas de solucionar estos problemas de implementación. Pero lo que no es posible, es cortarle las alas (o quitarle los patines) a los municipios que quieren colaborar en labores de seguridad, pues hoy es urgente recuperar los barrios para los vecinos.
Cerrar estaciones de Metro o suspender partidos de fútbol para evitar la delincuencia, son medidas que van en la dirección equivocada. Lo que se necesita es más seguridad, recuperar los espacios públicos, mejorar la capacidad de respuesta tanto de Carabineros como también de los municipios. Todo suma.
Es de esperar que los legisladores mejoren el proyecto de ley de Seguridad Municipal, pues el que actualmente se discute no constituye un avance, sino que al revés, podría significar un retroceso para la esperada seguridad ciudadana.