STEM y vocaciones femeninas, una mezcla vital para avanzar a un mundo más sostenible

Paola Tastets, directora Ventas Digitales, Scotiabank Chile

Impulsar un desarrollo inclusivo y sostenible requiere incorporar los talentos y las miradas de las mujeres para resolver desafíos urgentes como los Objetivos de Desarrollo Sustentable (ODS) fijados por la Organización de Naciones Unidas (ONU) que abarcan materias tan cruciales como cambio climático, seguridad alimentaria, mejorar la atención de salud o la protección de la biodiversidad.

Las disciplinas vinculadas a los ámbitos de ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas (STEM por sus siglas en inglés) tendrán un rol protagónico para lograr este cometido transformador y eso supone un desafío mayor en términos de inclusión femenina, porque las mujeres seguimos subrepresentadas en estas áreas del conocimiento, pese a las diversas iniciativas dirigidas a impulsar su presencia.

Según datos de la Unesco, menos del 30% de los investigadores en todo el mundo son mujeres, y el número de estudiantes que escogen estudios superiores dentro de los campos STEM tampoco supera este porcentaje. En Chile la situación es similar. El Ministerio de la Mujer y la Equidad de Género da cuenta de que en 2018, solo una de cada cuatro mujeres cursaba un programa académico de esta índole y apenas el 5% de la fuerza laboral en estos campos era femenina.  

Lo cierto es que los historiales educacionales, los patrones y sesgos culturales, así como los obstáculos que mantienen a las estudiantes mujeres lejanas a las disciplinas STEM son muchos y variados. Algunos de ellos pasarán por combatir estereotipos, otros por contar con currículos más inclusivos o por capacitar a más profesores en asuntos vinculados a las brechas de género. Pero quizás uno de los grandes retos para superar las brechas de género en este ámbito es estimular el interés de niñas y jóvenes, para animarlas a elegir las carreras de este ámbito.

Sin embargo, nuevamente, la evidencia no es auspiciosa. Estudios citados por Unesco muestran que “en muchos contextos, pareciera que las niñas pierden interés en las materias STEM con la edad y en mayor proporción que los niños”. Esta tendencia se ve reforzada cuando se llega a los últimos años de la educación secundaria. Así, el mismo reporte expresa que, por ejemplo, en el Reino Unido se “concluyó que a la edad de 10 a 11 años, los niños y las niñas tenían casi el mismo compromiso con STEM, con 75% de niños y 72% de niñas que señalaron que aprendieron cosas interesantes en ciencias. A la edad de 18, esta proporción cayó a 33% para los varones y 19% para las niñas”.

Es por esto que es vital estimular las vocaciones tempranas en ciencias y tecnología. En Scotiabank, en concordancia con nuestras políticas de inclusión y equidad de género, aportamos para reducir esta brecha. Así, hace dos años suscribimos con la Universidad Técnica Federico Santa María (UTFSM) una alianza académica para la Transformación Digital. Uno de los pilares de esta iniciativa, que se desarrolla en conjunto con el Departamento de Informática de esta casa de estudios, es fomentar la participación de niñas, jóvenes y mujeres en disciplinas STEM y así contribuir a mejorar la investigación y el desarrollo en la innovación digital.

Este programa se ha expresado en acciones concretas que nos llenan de orgullo. Una de ellas es el trabajo con cientos de niñas y jóvenes de entre 8 y 18 años, que en enero de este año culminaron con éxito el primer BootCamp de verano 2022. Este evento permitió preparar de mejor forma a los nueve equipos, de un total de 19, que participaron en representación de esta alianza en la final nacional del desafío de la fundación Technovation Chile, donde este grupo de alumnas desarrollaron aplicaciones móviles que aborden alguno de los ODS de la ONU.

Estas jóvenes también se ganaron el derecho de participar en la competencia internacional de Technovation. Esta es solo una muestra del potencial de la Alianza Académica en curso. Ya son más de 1.400 las mujeres, jóvenes y niñas que se han beneficiada de estas iniciativas.

Adicionalmente, es clave que las organizaciones cuenten con políticas que promuevan la participación femenina en estas áreas. Con esa visión, en Scotiabank desarrollamos una política de Diversidad e Inclusión, que considera protocolos que garantizan la ecuanimidad en los procesos de selección, a través de pautas de preguntas únicas para todos los candidatos y paneles mixtos de postulantes y evaluadores.

Sin duda, es mucho lo que queda por hacer, pero no podemos darnos el lujo de prescindir del aporte y las soluciones creadas por mujeres para avanzar en la revolución digital para transitar hacia un mundo más inclusivo y sostenible.