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Columnistas

Un deprimente panorama fiscal futuro

Director, Hermann Consultores

Por: Equipo DF

Publicado: Miércoles 2 de noviembre de 2016 a las 04:00 hrs.

En la presentación del presupuesto público, las autoridades del Ministerio de Hacienda afirmaron que éste es responsable y que fue preparado con supuestos realistas, siguiendo la regla fiscal al pie de la letra. Por lo que, el gasto fiscal crecerá un 2,7% real en el 2017, siendo la cifra más baja en los últimos quince años.

Las autoridades de Hacienda señalan que la reforma tributaria ha ayudado a sostener los ingresos fiscales, que dada la caída del precio del cobre evitó un ajuste fiscal de proporciones, lo cual es cierto y perjudica la concreción de la desenfrenada agenda de gobierno.

Sin embargo, las autoridades olvidan señalar cuánto mayor habría sido el gasto fiscal en un contexto sin incertidumbre, basado en un crecimiento del PIB en torno al 4% y sin políticas públicas con diagnósticos imprecisos e incorrecta aplicación como las reformas tributaria, laboral, educacional, entre otras.

Efectivamente, es cierto el sello de realismo y prudencia que se ha impuesto al presupuesto frente a las peticiones desmedidas de los congresistas por un mayor gasto fiscal en un año de elección presidencial complejo de ganar. Sin embargo, el gasto público en el 2017 se encuentra en el límite de lo razonable, porque el panorama fiscal es bastante deprimente hacia el futuro.

Las proyecciones fiscales entre el 2018 y 2020 muestran que no será posible financiar los gastos comprometidos (continuidad operativa y provisión gastos Proyectos de Ley) por cerca de US$ 1.800 millones, es decir, no existe holgura presupuestaria para solventar nuevas políticas públicas.

En consecuencia, el próximo gobierno deberá financiar su agenda a través de: i) reasignar gastos relacionados a programas ejecutados por el gobierno saliente, lo que es complejo; ii) elevar plegarias a San Expedito para que el sector minero se recupere del actual bajón de precios y el PIB crezca por sobre el 2% promedio del cuatrienio de gobierno después del daño de la retroexcavadora reformista; y iii) realizar una nueva reforma tributaria que incentive la inversión integrando completamente la tributación de empresas y personas, junto con aumentar el impuesto a la renta de las personas en los tramos altos y medios, e incorporar a ciertos grupos exentos, entre otros aspectos.

Claramente, la debilidad fiscal futura se observa en que la deuda pública aumentará desde un 12,8% a un 31,1% entre el 2013 y 2020 según la Dipres. Por lo que, dada la recomendación de la OCDE para Chile, la política fiscal debería incorporar un objetivo presupuestario de mediano plazo que sea consistente con mantener una robusta posición financiera neta del fisco.

Concluyendo, el panorama fiscal futuro es deprimente y la sostenibilidad fiscal sólo se consigue fomentando el crecimiento económico y el libre emprendimiento, elementos que deben estar presentes en el relato de la Nueva Mayoría en lo que resta de los dieciséis meses de gobierno.

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