Editorial

Análisis de impuesto específico a alimentos

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Un nuevo vector de incertidumbre podría estar tomando forma en el análisis de escenarios de un sector relevante de actividad. En efecto, a nivel de empresas del rubro de alimentos y bebidas se ha sincerado la preocupación que existe entre sus miembros respecto de versiones que sostienen que a nivel del Ejecutivo y el Legislativo se está evaluando y no se desecha establecer impuestos específicos a los alimentos, en especial a aquellos que a partir de fines de junio próximo deberán consignar en sus envases las advertencias de “altos en” que pasó a exigir la ley.

Más allá de que este es un tema que se derivaría de la discusión tributaria de 2014 y que se arguyan asimetrías entre distintos productos tras la promulgación de la reforma, en las actuales condiciones de incertidumbre a nivel de los agentes económicos, seguir abriendo flancos que suponen cambios en los marcos legales podría tener consecuencias altamente indeseadas y contrarias a la imperiosa necesidad de revertir el ciclo de estancamiento en que se encuentra empantanada la economía.

Los empresarios del sector alimentos y bebidas han instado a las autoridades a zanjar el tema y transparentar si se está avanzando y con qué dinámica en el establecimiento de impuestos específicos, cuestión que debería ser atendida, más allá que desde la propia autoridad se ha admitido que tras las recomendaciones de un grupo asesor ministerial se está evaluando encargar un estudio al respecto. Se trata de un tema relevante y que además debe ser evaluado con amplitud de criterio, a la luz de la experiencia internacional, su efectividad en pos del objetivo de fondo perseguido y sus impactos macro instantáneos (precios) y de largo plazo.

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