Editorial

Ciclo del cobre

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ras un período de más de un año de malas noticias en el frente económico, Chile ha recibido con especial entusiasmo el aumento del precio del cobre en los mercados internacionales. El que es uno de los ejes exportadores del país se ve impulsado por una fuerte demanda de China y de otras partes del mundo que empiezan a reactivarse tras la crisis pandémica y la creciente difusión de la vacuna que protege contra el Covid-19.

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En días recientes en páginas del Diario Financiero, las autoridades macroeconómicas, sin embargo, han sido insistentes en contener la presión que esto genera en las arcas fiscales. Aciertan en varios puntos que deberían transmitirse con mayor insistencia de manera de aterrizar estas noticias que llegan de las bolsas de metales del extranjero.

Lo primero, es que el cobre ha bajado sostenida y fuertemente su aporte a la recaudación fiscal. Hace unos 15 años era un tercio, cifra que hoy es muchísimo más baja lo que implica que incluso fuertes saltos en el metal rojo no permiten holguras fiscales.

Lo segundo, es que Chile está y ha estado en un ciclo expansivo de los gastos en el último tiempo para mitigar los impactos de la pandemia en las familias, los que deben ser cubiertos y no pueden sumarse otros sin dañar la respetada estabilidad fiscal chilena.

Finalmente, hay prioridades importantes que deben ser miradas en el largo plazo, como la educación, la salud y la calidad del transporte que hacen priorizar cualquier tipo de nuevos recursos futuros.

Todo lo anterior, en tiempos de campañas, debe ser un marco de discusión que no se desdibuje por indicadores del cobre auspiciosos.

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