Editorial

Economía en 2022: estabilidad y conducción política

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Todos los análisis sobre el desempeño actual de la economía y sus proyecciones más probables en el corto y mediano plazo apuntan en una sola dirección: la necesidad de sobriedad en lo fiscal y de prudencia en lo político. Ello se vio reflejado con total claridad en el Informe de Estabilidad Financiera del primer trimestre, entregado el miércoles por el Banco Central, que señaló como desafíos inmediatos “los desequilibrios macroeconómicos acumulados durante 2021, la incertidumbre política y la menor profundidad del mercado de capitales”.

Que el instituto emisor reitere un diagnóstico ya ampliamente compartido por el mercado es, justamente, lo que debe ser interpretado como un llamado de atención por las autoridades económicas y políticas. También, por quienes desde el Congreso aún parecen no calibrar lo complejo del actual escenario, ni cuánto de dicha complejidad obedece a factores domésticos, más allá de otros externos -sin duda también muy significativos- como el aumento de la inflación global o la guerra en Ucrania, entre otros.

Los indicadores económicos apuntan en una sola dirección: la necesidad de sobriedad fiscal y prudencia política.

Así, detrás de la pérdida de profundidad del mercado de capitales, según el Central, figuran muy centralmente los retiros previsionales adelantados promovidos desde el Legislativo mayormente por la ex oposición, hoy oficialismo. Se trata de un descenso en el nivel de ahorros equivalente a un 20% del PIB, que se suma a una muy relevante salida de capitales, preocupante reflejo de una menor confianza en la fortaleza de la economía. De forma similar, detrás de la inflación de dos dígitos figuran de manera prominente los estímulos fiscales entregados en 2021, un problema “agudizado en lo más reciente por los sostenidos problemas de suministro global y la depreciación del peso”.

De esta forma, el Central confirma la ya prevista desaceleración de la economía este año, mientras que analistas del mercado ya hablan de una probable recesión técnica, agravada por una caída de la inversión. Todas noticias que, enmarcadas por un contexto de mayor inseguridad ciudadana y de incertidumbre por el derrotero constitucional, demandan una conducción política que entregue mayor estabilidad, y no que la debilite.

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