Click acá para ir directamente al contenido
Editorial

El desafío tras la victoria de Milei

Por: Equipo DF

Publicado: Martes 28 de octubre de 2025 a las 04:00 hrs.

Contra todos los pronósticos, incluso de los propios militantes de La Libertad Avanza (LLA), el Gobierno de Javier Milei alcanzó el domingo un contundente triunfo electoral, al imponerse en la mayor parte del país, con más del 40% de los votos en las elecciones legislativas. Tras la derrota sufrida a manos del peronismo en la Provincia de Buenos Aires, en septiembre pasado, el Gobierno no se jugaba solo escaños en el Congreso, sino poder continuar con su plan económico. El amplio triunfo le da así aire político y financiero, pero en un contexto en que la dinámica de corto plazo estará determinada no solo por los resultados electorales, sino también por la velocidad y consistencia con que aborde el desafío de recomponer expectativas y coordinar con el sistema partidario políticas macroeconómicas sostenibles.

La victoria de LLA ordena el mapa político, pero exige gobernar con pragmatismo y coherencia técnica.

Con más del 92% de las mesas escrutadas, LLA obtuvo 64 de los 127 escaños en disputa en la Cámara de Diputados y alcanzó 29 bancas en el Senado. “Tendremos el Congreso más reformista de la historia argentina”, afirmó Milei, quien anunció la búsqueda de “acuerdos básicos” para viabilizar tres reformas estructurales —previsional, impositiva y laboral— que requieren alianzas estables. La gobernabilidad dependerá, así, menos del ímpetu declarativo y más de la construcción de mayorías funcionales en ambas cámaras.

Los mercados reaccionaron con euforia: bonos soberanos con avances de dos dígitos, ADR bancarios superando 50% y un salto histórico del S&P Merval en dólares; el riesgo país retrocedió alrededor de 480 puntos básicos, hacia la zona de 600. La señal política catalizó precios de activos, pero la macroeconomía sigue frágil: la inflación, tras iniciar la gestión con 25% mensual, se estabilizó cerca de 2% y acumula 22% en los primeros nueve meses; la actividad muestra dos trimestres consecutivos a la baja y la utilización de capacidad industrial ronda 60%, niveles próximos a los mínimos pandémicos. El consumo permanece debilitado y las reservas netas siguen tensas. El voto otorgó tiempo y legitimidad para proseguir el ajuste y ordenar expectativas, pero no es un atajo para eludir la ejecución.

El respaldo de Estados Unidos ha sido decisivo. El swap por US$ 20.000 millones y la coordinación con bancos de Wall Street funcionaron como red de contención frente a episodios cambiarios y a la volatilidad preelectoral. Ese apoyo, valioso para sostener el programa y reabrir canales financieros, trae aparejadas exigencias: consistencia fiscal, anclaje monetario creíble, convergencia con el FMI y un alineamiento geopolítico menos permeable a Beijing. La designación de Pablo Quirno en Cancillería -proveniente del equipo económico- sugiere una diplomacia orientada a facilitar la estrategia financiera y el acceso a mercados, con pragmatismo y señales claras a los acreedores.

El mandato del electorado fue doble y apunta tanto a dar continuidad al rumbo, como a mejorar la ejecución. La victoria ordenó el mapa político y ofrece capacidad de veto, pero no otorga cheques en blanco y la experiencia reciente advierte sobre la tentación de administrar desde la confrontación.

El tránsito de un tercio decisivo a mayorías reformistas exige, entonces, institucionalizar el diálogo con los gobernadores, pactar calendarios legislativos realistas y reducir los costos de transición hacia una reforma previsional con reglas de sostenibilidad, una reforma impositiva proinversión, una modernización laboral que proteja al trabajador y que evite las rigideces, y una agenda procompetencia que libere productividad.

Te recomendamos