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Editorial

El giro de Bolivia

Por: Equipo DF

Publicado: Martes 19 de agosto de 2025 a las 04:00 hrs.

Tras la primera vuelta presidencial del pasado domingo, Bolivia dio un giro histórico y puso fin a 23 años de hegemonía del izquierdista Movimiento al Socialismo (MAS), en una jornada que sorprendió con el triunfo del centro derechista Rodrigo Paz, hasta entonces ausente en las proyecciones electorales. Junto al conservador Jorge “Tuto” Quiroga, disputará el 19 de octubre el balotaje, en una contienda en la que ambos se presentarán con programas que coinciden en proponer una renovación institucional, priorizar una apertura económica orientada al mercado, atraer inversión privada y reducir el rol del Estado, poniendo fin al modelo estatista y centralista del MAS.

El triunfo de Paz y Quiroga se sustenta en programas alineados con las preocupaciones más inmediatas que agobian al alectorado.

La segunda vuelta representa por sí sola un cambio, pues desde 2009, cuando se instauró el balotaje, todas las elecciones en Bolivia se decidieron en la primera ronda. En esta ocasión, el voto nulo que impulsó Evo Morales –inhabilitado para postular- llegó al 19%, ubicándose en el cuarto lugar, lo que constituyó el mejor desempeño de los distintos referentes de izquierda, evidenciando la fragmentación de ese sector.

El ascenso de Paz y Quiroga se sustenta en propuestas alineadas con las preocupaciones económicas inmediatas de un electorado impactado por una inflación interanual cercana al 25%, escasez de combustibles, depreciación del boliviano en el mercado paralelo y restricciones en el acceso a divisas.

La campaña de Paz, en particular, que no fue registrada como eventual ganadora en los diversos sondeos, logró remontar en dos semanas desde un 3% de preferencias hasta el 32% que alcanzó en primera vuelta. De la mano de su compañero de fórmula, Edman Lara, un expolicía, obtuvo una amplia victoria en la ciudad de El Alto, el principal bolsón de votos populares, y en otras ciudades y áreas rurales donde atrajeron el voto de sectores que antes confiaban en el MAS, desplegando un mensaje económico directo y sencillo que conectó con la percepción de crisis de la ciudadanía y de agotamiento del modelo estatal. Su bandera programática fue el modelo económico 50/50, que ofrece una ruptura ordenada con el continuismo, a partir de la redistribución fiscal territorial, la meritocracia en la administración pública y una despolitización de la justicia. Con ello logró respaldo en gobiernos regionales, empresarios y votantes urbanos.

A Quiroga, exPresidente entre 2001 y 202, por otro lado, se le valora su experiencia, redes internacionales y un programa que pone el acento en el orden y la estabilidad.

El giro inesperado en la primera vuelta posiciona a dos candidaturas que encarnan una promesa de cambio pragmático, orientado a superar el desgaste del centralismo político y la actual incertidumbre económica. Quien gane el 19 de octubre inaugurará un nuevo ciclo político, en medio de la peor crisis económica en décadas, con el reto de restablecer la gobernabilidad y recuperar la confianza de los actores económicos y sociales.

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