Escasez de mano de obra agrícola

El fenómeno del traspaso de las personas del campo a la ciudad es una antigua tendencia a nivel mundial, que se ha acentuado en las últimas décadas a medida que las condiciones económicas a nivel global han permitido un mayor avance de los países.

Es cierto que desarrollados y emergentes han vivido de manera distinta esta migración campo-ciudad, pero sí han enfrentado el mismo problema en distintas etapas: la escasez de mano de obra en el mundo rural.

El sector frutícola chileno pasa en la actualidad por esa situación. Se ha calculado en más de 18 mil el número de trabajadores que hacen falta en distintos cultivos. Y si bien el panorama actual es complicado, se anticipa que se agudizará en los próximos meses con el grueso de la cosecha de frutas y la labor en las viñas, tareas altamente demandantes en mano de obra.

El atractivo salarial que generan para los trabajadores otros sectores de la economía, como la minería, el comercio y la construcción, es uno de los factores que también está contribuyendo a este importante déficit de mano de obra en el campo.

En coyunturas como ésta, junto con aumentar las eficiencias de cada sector, también es necesario ir reduciendo al máximo las rigideces que existan en el mercado laboral, atendiendo a las características propias de las distintas áreas económicas.

Sin embargo, resulta lógico que el sector agrícola vaya generando nuevos caminos para adaptarse a las tendencias del mercado laboral. Por ello, pensar en el desarrollo sostenible de la agricultura no sólo pasa por un tema de regulación, sino también de eficiencias y tecnificación.