Editorial

Lo que se esperadel Chile Day

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Con la presencia de las más altas autoridades nacionales y de la mano de una potente delegación de empresarios y hombres de negocios se desarrollará entre hoy y mañana en Londres el llamado Chile Day, iniciativa que aúna esfuerzos públicaos y privados en pos de difundir y promover al país y su mercado de capitales a nivel internacional.

Se trata de una iniciativa loable que ha perdurado y se ha consolidado a lo largo de los años, la que más allá de su impacto real en la generación de oportunidades de negocios concretos, que puede no ser todo lo significativo que se quisiera, cobra especial realce por su significado, a saber, por ser una acción conjunta que combina esfuerzos de gobiernos de distinto signo con agentes privados en busca de dar a conocer a Chile como un destino y plataforma de negocios.

Es en esa perspectiva que el evento de este año adquiere una connotación especial, en la medida que son evidentes las dispares visiones que hay entre gobierno y privados sobre cómo se construyen confianzas en el país. Se trata de un reto no menor y que debiera invitar, en paralelo a los contactos con inversionistas y contrapartes internacionales, a la reflexión y el diálogo especialmente al interior de la propia delegación, de modo de desmenuzar con franqueza por qué prácticamente todos los indicadores de confianza y expectativas de empresas y consumidores que se han hecho durante más de dos años revelan un estado de pesimismo crónico entre los agentes económicos. Ese sería un ejercicio de verdadero valor, que hoy es urgentemente necesario, y que podría transformar a este Chile Day en uno que se gane una mención especial en la historia del evento.

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