Para incentivar el empleo femenino
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l Ejecutivo trabaja en un plan de subsidios mediante el cual los ministerios de Hacienda y del Trabajo buscan apoyar la contratación de trabajadores cuando se relajen las medidas de confinamiento, cubriendo hasta un millón de personas por seis meses (en torno a US$ 2.000 millones). Entre las ideas está la de promover la participación laboral femenina creando subsidios diferenciados por género, como ha propuesto el Grupo de Reactivación Económica del Consejo Mujer Covid-19, convocado por el Ministerio de la Mujer.
Hay buenas razones para contemplar medidas que fomenten el ingreso de más mujeres al mercado del trabajo, especialmente en un contexto de alto desempleo como el actual, con una tasa de 13,1% en julio y casi dos millones de empleos perdidos en un año. Por diversos motivos, este es un escenario que ha golpeado con más dureza a las mujeres (proporcionalmente han perdido más sus fuentes de ingreso), que además también enfrentan mayor dificultades que los hombres para reincorporarse a la fuerza laboral una vez que comience a reactivarse la economía.
Existen por otro lado, razones para revisar algunas de las políticas ya implementadas para ir en ayuda de las mujeres. Por ejemplo, expertas consultadas por este diario coinciden en que el Bono Trabajo Mujer ha tenido escaso impacto —“El monto es pequeño y la cobertura va a un segmento reducido también”, dice una de ellas— y apenas funciona como incentivo a la contratación femenina.
Cualquier diferenciación de ese tipo debe realizarse con sumo cuidado, para evitar que el deseable propósito de incentivar el empleo femenino —que necesariamente debe contemplar otras variables, como el cuidado de hijos (42,4% de los hogares chilenos tiene jefa de hogar mujer, tres cuartas partes de ellos monoparentales)— no resulte en distorsiones para el mercado laboral en su conjunto.
Esta es otra área en que la crisis generada por la pandemia resalta la necesidad de diseñar políticas públicas innovadoras y de calidad.