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Editorial

Repunte en la inversión

Por: Equipo DF

Publicado: Miércoles 19 de noviembre de 2025 a las 04:00 hrs.

El Banco Central publicó las Cuentas Nacionales del tercer trimestre de 2025 y los datos dejan un mensaje claro: la economía chilena sigue mostrando un dinamismo frágil. El PIB creció 1,6% anual, impulsado por una demanda interna que avanzó 5,8%, mientras que en términos desestacionalizados la actividad retrocedió 0,1%, golpeada por la minería y por la ausencia de un impulso exportador. Son cifras que dejan espacio para preocupación, porque aunque el país avanza, aún no encuentra un ritmo capaz de sostener una recuperación que permita sacarnos del letargo.

En este paisaje mixto, la verdadera sorpresa -y la nota alentadora- vino desde la inversión. Después de años de caídas o estancamiento, la formación bruta de capital fijo creció 10%, y la inversión total -que incluye la variación de existencias- avanzó 16,1%.

Después de años de caídas o estancamiento, la formación bruta de capital fijo creció 10%, y la inversión total avanzó 16,1%.

El impulso provino principalmente de un repunte relevante en maquinaria y equipos, con fuerte dinamismo en tecnología, transporte y equipamiento eléctrico y electrónico. Parte de este aumento responde a reposición, pero también asoman señales asociadas a la inversión de base, ya que obras de ingeniería asociadas a energía y minería comienzan a recomponerse. En un país con productividad estancada, este dato es especialmente significativo.

El verdadero desafío es convertir este salto puntual en una tendencia. Y ahí es donde la economía se cruza con la política. Chile entrará pronto en segunda vuelta presidencial, con José Antonio Kast y Jeannette Jara proponiendo caminos distintos hacia un mismo objetivo: más inversión para más crecimiento. Ambos coinciden en la urgencia, pero difieren en el método.

Kast plantea reducir burocracia, bajar impuestos corporativos y simplificar permisos para destrabar proyectos privados. Su diagnóstico es que el Estado en muchos aspectos se ha vuelto un obstáculo, y que liberar la inversión privada es la clave para volver a crecer al 4%.

Jara, en cambio, propone un Estado más activo, que coordine proyectos estratégicos, impulse infraestructura, diversifique la matriz productiva y lidere áreas como energía, litio e innovación. Su apuesta es que, sin una presencia estatal robusta y un sector privado dinámico, Chile no logrará sostener un crecimiento inclusivo.

Son dos rutas distintas hacia una meta esencial. La inversión puede volver a ser el motor del crecimiento, pero se trata de un motor sensible, dependiente de expectativas y de reglas claras. Elegir entre estas dos propuestas no es solo escoger un programa. Es optar por el modelo de desarrollo e inversión que guiará a Chile en la próxima década.

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