El presidente de la Cámara, diputado Osvaldo Andrade, analiza el escenario del Partido Socialista a 24 horas del Comité Central que decidirá la fórmula para elegir a su presidenciable. En conversación con DF aclara que en esta instancia sólo tiene derecho a voz, como ex presidente, y evalúa qué podría ocurrir el sábado, pero advierte que “el peor escenario es que se produjera un debate que culminara con un quiebre complejo, desde el punto de vista de lo que hay que resolver”.
- ¿Por qué?
- Porque hay una intención legítima de algunos de que este Pleno resuelva quién es el candidato del PS.
- Se están preparando para eso.
- Hay, entiendo, acciones en esa dirección. Pero hay una complejidad, desde el punto de vista de las ritualidades formales. Y un segundo problema que da cuenta del marasmo en el que estamos.
- ¿Cuál?
- Que, aparentemente, están preparándose las condiciones para que el Comité Central tome una decisión y ninguno de los tres candidatos está en disposición de someterse a esa resolución. Es raro. A lo mejor no hay nada que resolver y entonces no tenemos candidato socialista.
- ¿Existe ese temor?
- Mire, el PS ha perdido un tiempo maravilloso en todo este debate.
- ¿Por la indefinición?
- Esto deberíamos haberlo resuelto hace cuatro meses y, de hecho, planteé la segunda urna para el 26 de marzo como una alternativa de equilibrio. Pero todo esto no tiene sentido si los propios candidatos no están en disposición de someterse.
- ¿La actitud de los candidatos se genera a partir de la indefinición de las autoridades del PS?
- No estoy en esto para determinar las responsabilidades. Hoy día hay que resolver un problema, ya habrá tiempo para discutir otras cosas.
- ¿Qué pasa si los propios candidatos no quieren someterse a la resolución del Pleno?
- Puede ser que en ese cuadro el Comité Central se pronuncie y resuelva respaldar al candidato que ya está proclamado por el PPD, que sería el compañero Lagos.
- ¿Eso podría ocurrir?
- Es perfectamente posible que el Comité Central resuelva respaldar al compañero Lagos, pero eso va a generar una tensión interna tremenda que, a estas alturas, no sé si será mejor o peor que la situación de tensión que hay ante la indefinición.
- ¿Cuánto daño le ha provocado al PS esta indefinición?
- Todo el mundo ha estado a la expectativa. Uno lo escucha en los pasillos del Congreso y, al mismo tiempo, uno dice que respeten los ritmos del partido, llega un momento en que eso entra en colisión.
- Entonces, ¿qué le puede pasar al PS en este escenario?
- Que terminemos con dos precandidatos fuera del escenario presidencial y, además, en colisión con la decisión, porque si todos estuviéramos de acuerdo en que el Comité Central resuelva y se vota y gana uno, bueno, los otros se someten. Pero sucede que no está el escenario ni el clima para eso. Y los que no salgan van a decir que hay un problema de legitimidad. Pero también entiendo la premura de otros, con el tiempo nos hemos ido arrinconando a un momento en que cualquiera sea la solución del Comité Central no va a ser buena.
- ¿Por esto han perdido credibilidad en la Nueva Mayoría?
- Creo que la opinión que tienen del PS los otros partidos de la NM no es la mejor.
- ¿Eso es costo de la indefinición?
- Por supuesto. El PS era un primus inter pares por su condición de partido de gobierno, partido de la Presidenta. No fue casual que el PS estuviera más de un año como coordinador de la NM. Todo ese capital que tenía que ver con nuestra capacidad de articulación hoy día está en entredicho.
- ¿Por qué no se ha pronunciado por un candidato?
- He dicho que mi candidato será el que mantenga el impulso transformador de Bachelet y que tenga viabilidad de ganar. Aún no tengo tan claro eso.
- ¿No tiene candidato?
- No me he pronunciado y no me siento compelido a hacerlo, porque mi tesis es que hay que dejar que los candidatos se desplieguen. Por eso propuse que el 26 de marzo, junto con la elección interna, instaláramos dos urnas, una en que los socialistas se pronuncien por una de las tres candidaturas y otra en que simpatizantes del partido pudieran votar. Y el candidato que emerja no sería puesto en tela de juicio. Si es sólo a nivel de la dirección del partido se arriesga que haya un proceso de discusión sobre la legitimidad de la elección y eso me preocupa.
- Usted habla de tres candidatos militantes PS, pero algunos dicen que Lagos no es militante.
- Cuando era presidente a nadie se le ocurrió decir eso. Esa línea argumental es de un oportunismo brutal. En el reverso del carnet del partido están las caras de los tres presidentes del PS, Allende, Lagos y Bachelet; entonces, que alguien ponga en duda la condición de socialista de Lagos es una canallada sin límite. Es inaceptable, porque todos ellos se llenaban la boca con el presidente Lagos, el primer presidente socialista después de Allende.
- ¿A qué atribuye que un grupo de parlamentarios PS apoye a Guillier?
- Mucho tiempo se operó sobre la base de que la presidenta del partido iba a ser candidata presidencial y cuando ella deja esa condición, por las razones que explicó, después de una conversación con el presidente Lagos, de la que, además, desgraciadamente se vislumbra una situación conflictiva, las personas que estaban en torno a esa candidatura quedaron huérfanas, empezaron a buscar, porque en la confusión cada uno busca dónde se refugia.
- ¿Por qué crece el senador?
- El espacio del progresismo en la NM lo debiera haber ocupado el PS. Por eso soy tan crítico de la pérdida de tiempo. Porque la indefinición del partido provocó que en el espacio del progresismo se ubicara Guillier.
- ¿Es viable aún el candidato único con el PPD?
- Para eso son las direcciones. Le propongo una convención en abril con todos los que representen la soberanía popular. Llegar con dos candidatos a la primaria sería la impolítica. El problema es que se dibuja un cuadro que hace eso viable.
- ¿Cuánto afectaría a la NM llegar con tres o hasta cuatro candidatos a la primaria?
- Se han cometido tantos errores que no me atrevo a incorporarle más ingredientes a este cuento. Se me ha cuestionado porque he sido muy crítico, pero estoy conmovido por la incapacidad que hemos tenido como PS para resolver estas cosas. Excúseme, yo fui presidente del partido cinco años. En mi mandato fue el partido más transparente en varias ocasiones; tenía la primera intención de voto en la ciudadanía, tenía mayor adhesión entre los partidos tradicionales; elegimos 17 diputados, seis senadores, a la Presidenta de la República. Se nos reconocía la condición de primus inter pares, coordinamos a la NM más de un año. Cómo no voy a estar preocupado. ¡Si esto ha pasado en dos o tres años! No en una década.
"Creo que podemos ganar la elección presidencial"
- ¿Cómo es que no integró la lista unitaria?
- En su momento dijimos, como Convergencia, que el compañero Álvaro Elizalde era la persona que concitaba un respaldo mayoritario. En consecuencia, le dijimos que queríamos concurrir a este propósito común. Se nos dijo que podíamos llegar a este acuerdo, pero sin la Izquierda Socialista. En ese cuadro, hablamos con la IS, porque no nos parecía sano que un sector quedara excluido menos en las condiciones en que estamos, para que configuráramos una lista común.
- Se dice que una de las razones de que se levantara esta segunda lista es que usted fue vetado en la de Elizalde, ¿fue así?
- No fui parte de la negociación. Si hubiese sido así, no me consta, sería la cosa más horrorosa que podría haber pasado en el Partido Socialista. En el PS nunca ha habido vetos para nadie y si así ocurrió, créame que me produce una desazón y una amargura tremenda. No porque sea yo, sino porque el sólo concepto del veto me produce escalofrío.
- Hace unos meses estaba interesado en postular a la presidencia del PS, ¿qué cambió?.
- Llegué a la convicción de que al PS le hace bien que en los cargos de mayor presencia pública y liderazgo hubiera gente de una generación nueva. Porque los procesos de cambio en los partidos tienen que ver con contenidos pero también con imágenes.
- Su argumento era que creía que la NM volvería a ser oposición y que los partidos requerían liderazgos que pudieran enfrentar eso.
- Ahora tengo una convicción distinta, creo que podemos ganar la elección presidencial. Después de la elección municipal tengo la impresión de que si hacemos las cosas bien, podemos volver a ser gobierno.
- Pero no han hecho nada bien.
- Pero tenemos 330 mil votos de diferencia en concejales con la derecha y pareciera ser que el ex presidente Piñera está estancado. Y por eso estoy preocupado, porque creo que están las condiciones y las estamos desaprovechando.
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