Diez meses alcanzó a estar Ernesto Silva Méndez a la cabeza de la UDI. Finalmente y después de semanas de intensa presión tanto externa como interna concretó sorpresivamente una decisión que venía meditando hace un tiempo. Con su renuncia se abre la incógnita acerca de su reemplazo y queda en evidencia la profunda crisis que atraviesa el partido que, a pesar de los intentos de la directiva por generalizar el problema en la clase política, no ha podido superar los efectos del caso Penta.
En la propia UDI se comenta que la formalización y posterior prisión preventiva del tío del ahora ex timonel, Carlos Alberto Délano, uno de los controladores de Penta, podría haber sido lo que finalmente gatilló la decisión de Silva, que adicionalmente tomó por sorpresa a casi todo el partido. Además no se descarta que el propio ex dirigente pudiera ser citado a declarar, ya que ha sido mencionado en reiteradas ocasiones en la investigación que lleva el Ministerio Público.
De hecho, el mismo miércoles 4 de marzo, cuando se inició la audiencia de formalizaciones, el diputado almorzó con los senadores de la tienda, y analizó la situación política que afecta a la UDI. Esa fue la ocasión que aprovechó Víctor Pérez –con quien Silva compitió para llegar a la presidencia del gremialismo, hasta que el senador se vio forzado a bajar su candidatura por falta de apoyo de los coroneles- para expresarle detalladamente las críticas a la forma cómo se estaba enfrentando la crisis.
Tras esa conversación el propio Pérez y algunos otros representantes de la UDI comenzaron a hacer públicas sus diferencias con la estrategia adoptada por el timonel, abriendo una grieta en la unidad del gremialismo, uno de los principales valores que tanto a Silva como a su entorno más cercano le preocupaba particularmente preservar.
El calvario del timonel
En la declaración pública que leyó a la prensa, Silva reconoció públicamente lo que evitó desde el estallido del caso Penta: admitió la existencia de una crisis en la UDI. Pero también lo difícil que fue para él enfrentar los últimos meses.
Desde que se conoció la existencia de "boletas ideológicamente falsas" –a fines de septiembre de 2014-, emitidas por el chofer del senador Iván Moreira, y con las que el parlamentario habría financiado su campaña, terminó la breve luna de miel del ex timonel a la cabeza del gremialismo. Hasta ahí sólo habían pasado cuatro meses instalado en el caego y en los que no pudo implementar su compromiso de campaña de modernizar el partido y empoderar a las nuevas generaciones.
Moreira era sólo la punta del iceberg. Luego surgieron más nombres, como el de la senadora Ena von Baer.
El golpe de gracia para el partido y para el propio Silva fue cuando se comenzó a investigar la relación de su padrino político, el ex senador Jovino Novoa, con Penta en calidad de "recaudador" de la UDI para las campañas políticas. La presión soterrada porque se tomaran medidas disciplinarias se logró aplacar en parte con la declaración pública del 9 de enero, en que Silva apareció flanqueado por ex presidentes y coroneles de la UDI, en una señal de respaldo. Ese fue también el debut del comité de crisis, cuya existencia se esmeran en negar algunos representantes del partido.
Pero que el nombre del hoy ex presidente comenzara a ligarse a las indagatorias del caso Penta volvió a encender las alarmas y reflotó a críticas a la estrategia con que se estaba enfrentando el tema. Incluso un dirigente histórico reconocía con pesar que "esta mesa no pasa de abril". Así también se comenzaban a mencionar nombres para el reemplazante de Silva, entre los que lleva la delantera figura el del senador Hernán Larraín, además se menciona a Juan Antonio Coloma y Francisco de la Maza.
Habrá que esperar, mientras el secretario general y brazo derecho de Silva, Javier Macaya, lo subroga y organiza el Consejo General convocado para el 10 de abril, con lo que comienzan las negociaciones para buscar un nombre. Así, el mandato más corto en la historia del gremialismo termina, con un escueto "presento mi renuncia a la directiva de la UDI".
Reacciones del mundo político
Me parece super bien el gesto, tardío pero lo dio, desde el primer día por razones obvias Silva tenía que dejar su cargo", dijo el senador RN, José Manuel Ossandón.
Es una decisión que se ha tomado para salir de un momento difícil, valoramos el gesto de Silva, porque heredó una situación de administraciones anteriores, pero debe hacerse cargo de situaciones que pasan en el minuto", afirmó el diputado de Amplitud, Pedro Browne.
Cuando hay crisis política como esta, cuando se manejan de mala manera, los presidentes de partido deben asumir su responsabilidad. Por eso Ernesto Silva ha tomado una decisión tan drástica", comentó el presidente del PPD, senador Jaime Quintana.
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