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Columnistas

¿Hablemos de plata?

Por Yessenia González, subdirectora de administración y finanzas, Escuela de Seguros, Asociación de Aseguradores de Chile A.G. #SoyPromociona

Por: Equipo DF

Publicado: Viernes 12 de diciembre de 2025 a las 10:00 hrs.

En Chile podemos discutir horas sobre fútbol, y en estos días, de política, pero cuando la conversación se vuelve concreta ¿cómo estás con tus deudas?, ¿cuánto ahorras?, ¿en qué inviertes? El ambiente cambia. Hablamos de plata, pero poco de cómo la gestionamos.

Sabemos cuánto ganamos y cuánto debemos, pero poco o nada de cuánto ahorramos, en qué invertimos o qué riesgo estamos tomando. Mi tesis es simple, mientras no normalicemos una conversación informada sobre dinero, seguiremos desperdiciando una parte importante de nuestro potencial de bienestar y de desarrollo económico.

Los datos ya están sobre la mesa. La Comisión para el Mercado Financiero (CMF) este año en su Informe de Género en el Sistema Financiero, por primera vez incorpora datos sobre la inversión de las mujeres en fondos mutuos. La foto que entrega no solo confirma tendencias, también desafía varios prejuicios.

Primero, está la participación. Hombres y mujeres invierten en fondos mutuos en proporciones similares, alrededor del 10% de la población. No es un grupo masivo, pero tampoco un mundo reservado a “expertos”.

El verdadero problema no es de acceso, sino de uso y profundidad, la mayoría de las personas sigue concentrando su relación con el sistema financiero en productos de medios de pago o acceso al crédito, tales como cuentas vista, créditos de consumo y tarjetas, pero poco se observa referente al uso o tenencia de productos de ahorro, inversión o seguros. Seguimos muy lejos de una estrategia de inversión diversificada o un manejo de riesgo equilibrado.

Lo segundo es el comportamiento. El informe muestra que las mujeres tienden a preferir fondos de menor riesgo y, en promedio, mantienen montos más bajos invertidos, pero presentan mejor comportamiento de pago en sus deudas.

Esa combinación de prudencia, cumplimiento y presencia todavía acotada en instrumentos de inversión es una señal potente. Nos recuerda que hay espacio para crecer en educación financiera y, al mismo tiempo, una base de conducta responsable sobre la cual construir.

El tercer elemento es el impacto. Cuando las personas entienden conceptos como horizonte de inversión, inflación o riesgo, toman mejores decisiones. Eso no solo importa para la jubilación futura, sino para el día a día de los hogares y de las empresas.

Menos estrés financiero significa más foco, más productividad y mejores decisiones en el trabajo. La conversación sobre dinero deja de ser un tema incómodo y se convierte en una herramienta de gestión.

Por eso, hablar de plata no es preguntarse solo si “alcanza para llegar a fin de mes”. Es saber cuál es nuestra tasa de ahorro, cuánta carga financiera soportamos y qué parte de nuestro patrimonio está realmente invertida.

Es aprovechar mejor la información que entregan el Banco Central y la CMF y traducirla en decisiones cotidianas, desde elegir un fondo mutuo, revisar nuestras deudas y la importancia de los seguros para tomar mejores decisiones.

La invitación es clara, dejar de susurrar cuando hablamos de dinero y empezar a hacerlo con datos, conceptos básicos y conversaciones abiertas en la casa, en la oficina y con nuestros asesores financieros. Porque, al final, no se trata solo de tener plata, sino de aprender a gestionarla bien. Y eso sí que vale la inversión.

 

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