Una vez más, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, respaldó públicamente la política económica del gobierno de Argentina, durante un llamado telefónico con el jefe de Estado, Mauricio Macri, y tras arduas semanas en las que los funcionarios nacionales intentan a toda costa transmitir señales de estabilidad a los mercados.

Macri y Trump discutieron acerca del programa de reformas económicas que viene impulsado la Casa Rosada, justo cuando una nueva misión del Fondo Monetario Internacional (FMI) llegó a Buenos Aires para revisar el acuerdo stand-by y destrabar un desembolso de US$ 5.500 millones.

Según pudo saber el diario El Cronista por un funcionario con despacho en la Casa Rosada, la comunicación se efectuó cerca de las 11 horas, desde la residencia presidencial de Olivos, luego del acto que el mandatario tuvo en Tolosa, para la inauguración de un nuevo sistema de frenados para el ferrocarril Roca.

Mañana se cumplirá el primer aniversario del anuncio oficial del auxilio financiero requerido al FMI. Las negociaciones llevaron a la firma de un préstamo por US$ 57 mil millones, el más grande en la historia del organismo multilateral de crédito, que convierte a Argentina en poseedor del 44% de sus acreencias.

Otros desafíos regionales

El líder republicano y el primer mandatario también abordaron otros "desafíos regionales" en su conversación, de la que apenas trascendió información a nivel oficial. 

"El presidente Trump le expresó su fuerte respaldo al presidente Macri y su agenda económico pro-crecimiento", dijo el subsecretario de Prensa de la Casa Blanca, según recogió Washington Times. También valoró "los avances que ha hecho en la modernización de la economía argentina", de acuerdo a la misma publicación.

En septiembre pasado, el norteamericano se comunicó con Macri y volvió a sostener su apoyo al país, justo cuando el ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne, negociaba con el FMI un adelanto de fondos para dar señales de estabilidad a los mercados.

El gobierno estadounidense no especificó los temas abordados a nivel regional por los mandatarios, si bien ambas administraciones comparten su visión de la crisis humanitaria, política y social en Venezuela, y pugnan por la salida del poder de Nicolás Maduro.