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Columnistas

Mujeres en la alta dirección: a romper el molde

Por Consejo de Red de Mujeres Promociona Chile

Por: Equipo DF

Publicado: Viernes 7 de marzo de 2025 a las 10:00 hrs.

Cada 8 de marzo escuchamos que la diversidad en la alta dirección es una evolución natural y que, con paciencia y tiempo, la representación de mujeres en los espacios de poder llegará. Escuchamos que lo importante es “estar preparadas”, como si la falta de mujeres en cargos de decisión se resolviera con más formación, más mentorías o más experiencia.

Sin embargo, los números cuentan otra historia. En Chile, solo el 24% de los puestos en directorios son ocupados por mujeres, y en las gerencias de primera línea, la cifra alcanza el 23,6% (Fundación ChileMujeres, 2025). Un tercio de las empresas aún no tiene una sola mujer en su equipo directivo y, en muchas otras, su presencia sigue siendo mínima.

No es un problema de preparación. Es un problema cultural,  que limita el acceso y el reconocimiento de diversos talentos, estilos y formas de liderar.

Las mujeres que hemos alcanzado posiciones de liderazgo sabemos que el nuevo desafío comienza con el nombramiento. Si bien ha habido avances -y en muchos casos, con el apoyo de hombres y mujeres líderes que han comprendido la importancia de equipos diversos- las reglas del juego no han cambiado del todo.

En la alta dirección, el liderazgo se asocia con cierto estilo de autoridad, con ciertas formas de expresarse, de tomar decisiones, de ocupar los espacios: “el molde”.

Para muchas de nosotras, el camino no solo ha sido demostrar capacidad, sino hacerlo dentro de un marco que no fue diseñado para incluirnos. Nos han pedido tener voz fuerte, pero sin incomodar. Construir redes, pero sin parecer que necesitamos apoyo. Liderar, pero con firmeza. El verdadero cambio no es solo abrir la puerta a más mujeres, sino permitir que ejerzan su liderazgo con su propio estilo, sin encajar en el molde.

Aquí es donde el rol de los liderazgos de hombres y mujeres es clave. La equidad de género en la alta dirección no es una causa de las mujeres para las mujeres, ni una respuesta a regulaciones. Es una necesidad organizacional. No solo porque lo digan los estudios sobre rentabilidad, sino porque un equipo homogéneo, compuesto por personas que piensan igual y validan las mismas experiencias, toma decisiones con más sesgos y menos información.

Las empresas hoy enfrentan desafíos más complejos que nunca. Necesitan liderazgos capaces de leer los cambios sociales, gestionar talento con nuevas expectativas y construir relaciones más allá de los modelos tradicionales. La diversidad es clave para eso.

Desde la Red de Mujeres Promociona, que agrupa a más de 360 mujeres en alta dirección egresadas del Proyecto Promociona Chile, trabajamos para abrir camino a más mujeres en la alta dirección, no por inclusión simbólica, sino por transformación real. Nuestro propósito es claro: impulsamos el desarrollo y crecimiento de mujeres que inciden en la transformación de la sociedad, creando conciencia del valor de la equidad y la diversidad.

Queremos que más mujeres lleguen a la alta dirección, sí. Pero también queremos que, cuando lleguen, puedan ser ellas mismas. Que no tengan que moderarse o adaptarse a este molde.

El liderazgo no es solo ocupar un cargo, sino cambiar lo que significa estar ahí. Cuestionar las reglas que aún rigen el acceso al poder. Abrir la puerta y sostenerla para que más puedan entrar.

No estamos solas en este esfuerzo: muchos líderes y organizaciones han sido clave en este avance, pero el cambio real no llegará solo con voluntad o discursos, sino con respuestas concretas: ¿Qué hace falta para una cultura inclusiva? ¿Cómo sumar nuevos liderazgos sin tratar de encajar en el molde?

Las organizaciones que han entendido esto ya están actuando: no solo impulsando más mujeres a la alta dirección, sino transformando la forma en que se lidera. Este 8 de marzo no se trata solo de reconocer avances, sino de preguntarnos si estamos construyendo espacios donde el liderazgo diverso no sea una excepción, sino la norma. Porque el talento está ahí, solo tenemos que romper el molde. Los invitamos a sumarse a la transformación.

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