Señora Directora:
El lunes fue un día negro para las redes sociales: durante seis horas se produjo un apagón que a nadie dejó indiferente.
La situación nos debe hacer pensar en la fragilidad que implica la dependencia de las herramientas que están basadas en el ciberespacio: un ecosistema creado íntegramente por el hombre, que no conoce fronteras y cuyas vulnerabilidades son explotadas constantemente a través de ciberataques que ponen en jaque información, sistemas, negocios y hasta las mismas relaciones humanas.
Si las redes sociales se cayeron producto de una falla interna, o por un ciberataque no es relevante, pero es una crisis importante que nos obliga necesariamente a pensar en la ciberseguridad.
Coincidentemente, y desde hace tres años, octubre es el mes de la Ciberseguridad. Un mes para promover difundir y crear consciencia de su importancia, y de las maneras que debemos implementarla partiendo desde nuestro celular o computador personal y siguiendo hacia los grandes sistemas informáticos institucionales, tanto del Estado como privados.
En ciberseguridad el Estado está al debe con una institucionalidad y gobernanza que apenas asoman, en circunstancias que otros países OCDE ésta es un tema permanente e importante de la agenda más allá de banderías políticas. En ciberseguridad la competencia no tiene espacio, lo único que cabe es la colaboración.
Michael J. Heavey
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