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Cartas al Director

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Inversiones y rentas en el exterior


Señor Director:
El martes, hace justo una semana, marcó un hito en los procesos de fiscalización del Servicio de Impuestos Internos (SII) por la emisión de la resolución que obliga a los contribuyentes chilenos que mantienen inversiones y rentas en el extranjero, a informar dichos bienes mediante declaración jurada antes del 19 de marzo de cada año, aunque este 2015 se esperará hasta el 30 de junio, de acuerdo con ampliación de plazo.
El primer problema que se presenta es que en esta declaración el SII incluye otros bienes como inmuebles, bonos, depósitos, préstamos otorgados e incluso, saldos de cuentas corrientes mercantiles, aspectos que constituyen meras acciones y derechos, a diferencia de lo que existía anteriormente, incluso si ellas no son inversiones "permanentes". De este modo, el problema práctico deriva del tiempo necesario para preparar esta declaración cuando la autoridad ha aumentado el nivel de exigencia en cuanto a los bienes e inversiones que deben incluirse en la misma.
Sin perjuicio de lo anterior, el mayor problema radica en que estas nuevas obligaciones debieran relacionarse con las nuevas normas acerca del control de entidades controladas (CFC Rules por su nombre en Inglés) y con las nuevas normas contenidas en el artículo 14 de la Ley sobre Impuesto a la Renta (LIR). No obstante, serían discordantes en relación a las normas transitoria de repatriación de capitales, por ello el legislador le dio plazos y tiempos diferentes de vigencia a unos y otros.
Es por esto que nos parece razonable y acorde con la LIR que las obligaciones de la resolución aludida sólo puedan ser efectivas a contar del 1 de enero de 2016, de manera que la interpretación de las normas sea acorde al espíritu de la Reforma Tributaria.
Cristián González
Abogado asesor RSM Chile Auditores


Hurto famélico


Señor Director:
Un connotado acorazado(R) concertacionista concurrió a la televisión donde fue consultado por el estado actual de la política. En especial por la arista político-empresarial.
Mostrándose compungido y molesto, explicó su pensamiento sobre dicho espurio matrimonio, y su justificación fue de carácter práctico. Otrora se recurrió a los empresarios porque la derecha tenía ingentes recursos provenientes de ellos, y contaba con varios senadores designados. De otra forma ¿cómo competir electoralmente para gobernar?, lo cual me recordó que hace años le escuché algo similar a un crucero concertacionista, pero en relación al Estado y los recursos públicos.
El problema es que los hechos demuestran que más que ser una unión obligatoria y a regaña dientes, resultó ser un contubernio con luna de miel, vacaciones, y aniversarios. Amor a primera vista si me preguntan. Una cosa es apelar a ellos para financiar campañas, y otra muy diferente es pasar a formar parte de su mundo y trabajar para, con y por ellos –junto con varios familiares- y entretejer redes que permanecen hasta hoy y que hacen difícil diferenciar intereses. Mismos colegios, balnearios, uniones familiares y de negocios, etc. No olvidemos que votos de la Concertación derogaron los delitos existentes contra la libre competencia.
Se podría justificar que en un estado de necesidad se tomen medidas urgentes fuera de lo normal, pero no es aceptable cualquier hecho o comportamiento. Es como cuando luego de un terremoto la gente desesperada saquea los almacenes para asegurar su sobrevivencia: comida y agua, ¿pero una lavadora? ¿La precariedad era tal que se vieron obligados a llevarse hasta la tele?
Cuando el hambre arrecia hurtar un pan se puede entender y aceptar... pero el resto es lucro.
Cristián Gabler
Abogado


Evasión en Transantiago


Señor Director:
¿Hasta cuándo las autoridades van a hacer la vista gorda con la cantidad de gente que día a día no paga su pasaje? Da rabia ver que mientras trabajadores esforzados pagan, hay cada vez más jóvenes que evaden y que no parecen precisamente vulnerables. Es el colmo.
Fernando Martínez

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