Sename, y ahora ¿cómo seguimos?
Señor Director:
A raíz de la situación del sistema de protección residencial de Sename hemos podido evidenciar que la internación como medida de protección, muchas veces vulnera gravemente los derechos de los niños y, en no pocas con resultados fatales. El 63% de los niños de residencias está internado más de un año privado de cuidado parental, siendo 2,7 años el promedio de permanencia.
En Chile el 3% de los niños ingresa por abandono, siendo la principal causa de internación la inhabilidad de los padres. Lo que da cuenta de un importante espacio para el desarrollo de oferta especializada para fortalecer las capacidades parentales.
Los organismos colaboradores son los que entregan el 98% del total de las prestaciones. No obstante, reciben una subvención que cubre apenas entre un 30% y 45% dependiendo de la complejidad de la intervención. Por el contrario, proporcionalmente los mayores recursos se asignan a la administración directa de Sename, donde con menos del 2% de las atenciones recibe cerca de un 40% del presupuesto.
El anuncio presidencial fue sin duda, en un contexto de austeridad, una señal positiva. Sin embargo, no parece sensato que 2 de cada 3 pesos sean destinados a la atención directa del Servicio y sólo una mínima parte a la subvención que afecta a los más de 7 mil niños que están en residencias privadas colaboradoras.
Es necesario contar con un estándar de calidad técnica asociado al tipo de intervención y a la subvención disponible.
Detrás de este sistema hay miles de familias y niños que requieren de una intervención de calidad, oportuna e integrada.
El presupuesto de Sename y dónde se ponen las prioridades es el barómetro de cómo queremos responder a nuestra infancia, la necesidad de urgencia de un cambio, no en el largo plazo, soportado en una institucionalidad que tiene un amplio camino de discusión, sino hoy de cara al presente. Ya no hay lugar para la indiferencia.
Marcelo Sánchez
Gerente general de la Fundación San Carlos de Maipo.
Indolencia política
Señor Director:
Concordando casi en su totalidad con carta del señor Daniel Castillo publicada en el día de ayer en vuestro importante medio, me parece que hay por lo menos otros dos motivos que hacen que la “gente” se identifique políticamente con la presidenta, en circunstancias que ella y su gobierno, tiene en las encuestas un 15% de apoyo (lo más bajo de un presidente en toda la historia) y un 75% de rechazo, esos motivos de identificación que le dan son la ignorancia e indolencia política de la gran mayoría de la ciudadanía, mantenida y aumentada por la Nueva Mayoría y sus falsas promesas y slogans, como también, principalmente, las faltas a la verdad y a la realidad de las continuas declaraciones y presiones del partido comunista y algunos otros izquierdistas más extremos. Tampoco se puede dejar de lado la ausencia de presencia casi total y del silencio de los partidos de derecha y centro derecha, quienes, al parecer tienen temor defender y dar a conocer su pensamiento, mostrando sus obras y comparando sus éxitos y resultados con el fracaso de este gobierno, como también de los países latinoamericanos que han gobernado con ideas de izquierda de los años 60, en los cuales, además casi no se respeta o no existe democracia..
Eduardo Germain Concha
Adimark
Señor Director:
Durante gran parte del siglo XX existieron los denominados “tres tercios políticos”, a saber: frentes populares de izquierda, radicalismo y falange al centro, más el liberalismo y conservadurismo de derecha. Luego de aprobarse vía plebiscito el paquete de Reformas Constitucionales de 1989, dos grandes bloques monopolizaron de manera binominal la escena; hoy, sin embargo -y según encuesta GFK Adimark-, un tercio declara no sentirse representado por el gobierno ni por la oposición.
¿Será el regreso de una nueva fuerza política electoral, esa que no sitúe al Estado por sobre el ciudadano? ¿Podrá combatir contra el estatismo económico planificador de “izquierda” y/o el estatismo valórico prejuicioso de la “derecha”?
Francisco Damiano