La base aérea de Elmendorf-Richardson, en Anchorage Alaska, fue el lugar donde el Presidente estadounidense Donald Trump y su homólogo ruso Vladímir Putin hicieron el primer contacto cara a cara minutos antes de su reunión bilateral para negociar una tregua con Ucrania.
Mientras Trump dijo a la prensa, en la previa, que sus expectativas son que el fuego cese rápidamente; Putin no respondió cuando los periodistas preguntaron en los predios de la pista de aterrizaje si aceptaría un alto al fuego.
Luego de la foto de rigor, ambos líderes en un gesto inusual se dirigieron a la cumbre bilateral en la limusina de Donald Trump, procurando un momento a solas antes de la cita a la que asisten asesores y representantes de ambos gobiernos.
Trump estará acompañado por el secretario de Estado, Marco Rubio, y su enviado especial a Rusia, Steve Witkoff, informó la portavoz de la Casa Blanca, Karoline Leavitt.
En la siguiente reunión bilateral, más amplia, también participarán el secretario del Tesoro, Scott Bessent; el secretario de Comercio, Howard Lutnick; el secretario de Defensa, Pete Hegseth; y la jefa de gabinete, Susie Wiles, añadió Leavitt.
Las preocupaciones de Ucrania
El presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, quien no fue invitado a la cita, y sus aliados europeos temen que Trump traicione a Kiev congelando el conflicto y reconociendo, aunque solo sea de manera informal, el control ruso sobre una quinta parte de Ucrania.
Trump trató de disipar esas preocupaciones al embarcar en el Air Force One, diciendo que dejará que Ucrania decida sobre cualquier posible intercambio territorial. "No estoy aquí para negociar por Ucrania, estoy aquí para sentarlos a la mesa", afirmó.