Cartas

Cartas al Director

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Casi todos felices

Señor Director:
Por favor, no nos engañemos.
En el mundo de la banca comercial, la seria y responsable banca comercial, la banca comercial en que los créditos son analizados de acuerdo con criterios pre-establecidos y aprobados por comités de créditos también pre-establecidos, es prácticamente imposible concebir un préstamo de más de
US$ 10,5 millones a una empresa con un patrimonio de menos de US$ 11 mil y sin historial de operaciones y por ende tampoco de flujos de caja.
La excepción sería una garantía en la forma de un depósito a plazo, como los US$ 3.000.000 mencionados por el subgerente de Grandes Empresas del Banco de Chile o, de lo contrario, garantizado por un contrato de venta de los terrenos objeto del préstamo a la sociedad en que la señora del hijo de la Presidenta Bachelet tiene un 50% de participación, contrato que debe ser legalmente asignable e irrevocable y crediticiamente aceptable.
En este préstamo no hubo depósitos de garantía ni asignación de contrato de venta. Además, porque es relevante, de paso hay que preguntarse quién posee el otro 50% en la sociedad Caval.
No hay que ser experto en créditos bancarios para cuestionar si fue éste un crédito otorgado sobre las bases de información privilegiada, pitutos o influencia política. Y, no obstante, en mi opinión estos tres factores fueron determinantes.
El Banco de Chile ya hizo su utilidad en el préstamo, el vicepresidente del banco nuevamente quedó bien con la Presidenta, la Presidenta está contenta por el extraordinario buen negocio que hizo su nuera, el hijo de la Presidenta debe de estar preguntándose que pasará con él ahora que su esposa es una wealthy woman, la UDI y RN le solicitarán una opinión al Banco Mundial sobre el actuar del Banco de Chile, la Nueva Mayoría seguirá insistiendo que el caso Davalos no es comparable con el caso Penta, y al pueblo chileno todos estos escándalos no le serán relevantes en la última quincena de vacaciones.

Hugo Zamorano

Febrero

Señor Director:

Y se acaba febrero. Para los que dijeron "tarea cumplida" al aprobar las reformas en enero y se fueron a descansar de las polémicas y reponerse para volver en marzo, nunca imaginaron y como tampoco los agoreros de las cartas políticas lo presagiaron, que febrero traía un montón de sorpresas.
El caso Penta por los vientos de todos lados tomó mucha fuerza, muchas personas y empresas de todos los colores han salido a la palestra -definitivamente es transversal-, y a su vez la paz y el sosiego que reinaban en el Lago Caburgua se terminaron con la aparición del crédito de la esposa del hijo de la Presidenta, descolocando los originales mandamientos de la NM. El color de hormiga lo puso la reunión de su primogénito con el mandamás del Banco de Chile. Tanto fue el ruido que causaron, que ambos desaguisados tienen sendos fiscales a tiempo completo.
Sería injusto no mencionar que todos se supo gracias al periodismo investigativo, porque lo más probable si Chile no tuviera una prensa tan activa y vigente, hoy estaríamos hablando del monstruo de Viña, de los artistas repetidos, qué hacen los parlamentarios en vacaciones o de Fatmagül.
Lo ocurrido demuestra que febrero, aparte de ser el mes ideal para el descanso de unos, dejó de ser la oportunidad para otros de hacer malabares y pasar "piolas". Y, además, nos recuerda que en Chile sigue bastando con pedir perdón para dar vuelta la página, pero nuestra Sra. Juanita no vive ni paga sus deudas repartiendo perdones, la justicia tiene la palabra. El mes se llama febrero en honor a la Februa (ó Februatio) que era el Festival de la Purificación en la antigua Roma. Para los chilenos sería la purificación de la política de sus odiosas lacras.

Luis Enrique Soler Milla

Agotado

Señor Director:
El caso Caval ya está un tanto agotado y habría que cambiar de tema. Después de todo, el Sr. Dávalos, tal como anunció, ya dio un paso "al contado".

José Luis Hernández Vidal

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