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Cartas al Director

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Kínder obligatorio



Señor Director:


Entre las medidas señaladas en la cuenta pública del presidente Piñera se hace referencia a la obligatoriedad del kínder para acceder a Educación Básica. Siendo relevante la priorización de este nivel y que los jefes de Estado aborden su importancia, cabe hacer una observación fundamental para que este aumento de la cobertura que se pretende tenga una efectiva implementación.

Desde 2004 diferentes estudios y proyecciones dan cuenta de la proximidad de atención al 90% del nivel de transición mayor (5 a 6 años) mal llamado kínder. En la actualidad se señala que se atiende un 93,7%, cifra que no ha aumentado significativamente en los últimos 8 años, y es difícil que ello ocurra si se continúa mirando la educación parvularia desde una mirada centralista y uniforme.

Si se revisan las causas sobre por qué los niños de 5 años no van a un establecimiento (Casen 2009), se indica además de la mayoritaria respuesta “porque lo cuidan en la casa”, que evidencia la poca valorización de las familias al aporte de este nivel, la segunda y tercera causa, son “no existe establecimiento cercano” y “hay “dificultad de acceso”.

Estas respuestas, nos hacen recordar que no todos los niños chilenos son urbanos, que un porcentaje de ellos habita en zonas rurales y de alta dispersión geográfica, por lo cual a esta edad, nunca van a llegar a una escuela o jardín infantil lejanos.

Para estos desde 1991, se han desarrollado diversos programas no-formales o alternativos de calidad, como es “Sembrando futuro” (Junji) para las regiones de Magallanes y Aysén, o Jardín Infantil sobre Ruedas, de Integra, que son opciones factibles y eficientes como se ha mostrado en diversos lugares del mundo.

No se trata de establecer el kínder como obligación, sino de hacer efectivo el derecho de los párvulos a una educación oportuna y pertinente desde que nacen, con programas de calidad para todos según sus características, entre los cuales los kínder, de escuelas y jardines infantiles son sólo una de las respuestas.



M. Victoria Peralta E.



Directora Instituto Internacional de Educación Infantil Universidad Central


Discurso de pato cojo



Señor Director:


Este pato correcaminos no tiene tiempo para ver si está cojo...



Gabriel Guiloff


Bono por tercer hijo



Señor Director:


No dudo de las buenas intenciones del presidente Piñera para fomentar la natalidad en el país, pero honestamente ¿servirá de algo el bono de $ 100 mil que anunció?


Juan Carlos Villanueva


Reajuste al salario mínimo



Señor Director:


Un salario mínimo pretende evitar situaciones de abuso (eventual poder monopsónico del empleador), pero corre el riesgo de limitar para el acceso al empleo, la mejor herramienta para superar la pobreza y mejorar la equidad.

La participación laboral de los jóvenes y de las mujeres en Chile es todavía baja, la tasa de participación femenina es de 45% versus el 60% de la OCDE.

La CUT representa a los de ingresos medios a altos, fijar un sueldo mínimo alto como sistemáticamente lo pide la CUT perjudicaría mayoritariamente a las mujeres y a los jóvenes, es decir los grupos más vulnerable, los menos capacitados, fuera del trabajo formal sin cotizaciones, Fonasa, etc.

Varios salarios mínimos diferenciados por el nivel de capacitación tiene enormes ventajas. Para los más capacitados el valor superior se acercaría los valores de la CUT (rango de $ 210.000), se podrían ir fijando salarios mínimos más bajos, hasta un valor mínimo para los jóvenes y mujeres sin capacitación de $ 144.000.

Además de generar un incentivo evidente a la capacitación de las personas y de esa forma ayudarlos a que salgan de una situación laboral precaria y vulnerable, además de reducir la pobreza, el embarazo juvenil, la delincuencia y la drogadicción. Se debería reajustar de acuerdo criterios técnicos objetivos, es decir variaciones de la productividad del trabajo, despolitizando la discusión.



Ricardo López Bisquertt


Académico Universitario UNAB.

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