Exigencia de buenas prácticas para las fundaciones
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Señor Director:
La tormenta que han enfrentado las organizaciones sin fines de lucro (OSFL) en Chile sin duda es digna de análisis. Más aún, la resiliencia del sector sin fin de lucro está en entredicho: estallido social, pandemia y crisis de confianza, etc.
¿Qué sigue ahora para el tercer sector? Esperaríamos que el resto de los actores sociales le devuelvan la mano a las OSFL, que son las primeras que están ahí en inundaciones, incendios, terremotos, crisis económicas, entre otros fines.
Actualmente existen casi 350 mil OSFL inscritas en el Registro de Organizaciones sin Fines de Lucro del Registro Civil. Además, es un sector que aporta al país en un 2,1% del PIB en términos de gasto y emplea al 3,6% de la población activa del país.
Siendo un actor tan relevante en la sociedad, es fundamental que cumpla con ciertos estándares o principios de buenas prácticas que guíen su actuar, que sean unificados, conocidos por todos y exigibles. Entre ellos, se encuentran la transparencia y publicidad, gobernanzas sólidas, mecanismos de resolución de conflictos y manuales de ética robustos y conocidos por todos los miembros de la organización y finalmente, pero no por eso menos importante, cómo miden que su impacto tenga rentabilidad social positiva.
Porque, hoy más que nunca, el tercer sector, resiliente a tantas crisis, necesita adaptarse a los cambios.
Monserrat Moya Arrué
Socia Estudio 150
